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jueves, 30 de mayo de 2013



Sigo porfiando, Camarada Gobernador de Mérida, Alexis Ramírez


No voy a hacer historia de cómo surgió Cormetur y de cómo derivó a política solidaria con la gestión de un alcalde socialista; el planteamiento sólo abarca características actuales, aclarado que las tiene por heredadas, por crecer torcido y el fatalismo dice que árbol que crece torcido… cosa que no es verdad en tiempos de Revolución.  Tampoco me meteré con la productividad por trabajador de ese “plan de emergencia” y menos con la estela de pestilente corrupción que ha dejado en su transcurrir.

Eso que llaman “ornato” público es, desde tiempos coloniales, una atribución del gobierno municipal.  Nunca ha faltado una ordenanza que lo rija, y ha pasado por muchas formas de organización: desde la utilización de mano de obra indígena, organizada compulsivamente, hasta responsabilizar a los vecinos por el “frente” que les correspondía.  Si revisamos, encontraremos que en los pueblos andinos ha estado siempre presente la obligación de los vecinos de pintar sus casas una o dos veces por año (día del patrono y Navidad), de mantener los terrenos vacíos libre de maleza y unas cuantas obligaciones ciudadanas más.  En mi infancia mi padre me delegó el mantener desyerbado el empedrado del frente de mi casa, allá en Yegüines, y también de ayudar a “blanquear” cada vez que tocaba.  Y en Mérida existen esas ordenanzas, y están claras también las obligaciones de Consejo Municipal y Alcaldes.

¿Por qué entonces la Gobernación cabalga una función eminentemente municipal, o lo hace selectivamente?  ¿Por qué sacarle la pata del barro a los alcaldes que, además de maulas, son enemigos declarados de la Revolución?  ¿Por razones de practicar un concepto de turismo clasista e hipócrita, que muestra lo bonito y esconde la miseria?  ¿Porque dispone de recursos sobrantes y necesidades escasas?  ¿Por qué hacerlo, además, en una ciudad dominada por la sesgada “ideología merideña”, clasista, excluyente, reaccionaria, enemiga declarada de la revolución Bolivariana, que se mofa y aprovecha la buena voluntad de gobernadores?

Los turistas que visitan Mérida piensan que la ciudad está limpia, ajardinada, bella, por la eficacia del alcalde, ese señor de oposición que ven en una enorme valla en el terminal de pasajeros.  Desde luego, de visitar el valle del Chama, desde Santa Catalina a la Vega de San Antonio, de Los Curos a La Parroquia y los asentamientos entre la Loma de los Ángeles y La Milagrosa, y de los pequeños valles perpendiculares, y más allá, hasta La Culata y las Calaveras, y los barrios “escondidos” en plena cuadrícula urbana… se les caería la primera impresión de la capacidad de Lester Basura y lo reconocerían como lo que es, un aprendiz de Fouché perfectamente inútil.

Ahora, si Cormetur está diseñada para lo que viene cumpliendo y está amarrada a lo que realiza ¿por qué, camarada Gobernador, no hacer esa tarea más eficiente, más socialmente útil, más políticamente correcta, coherente con su pensamiento revolucionario y dejarle el coroto del “embellecimiento” de avenidas y parques de la ciudad a Léster Basura, y mudar toda la capacidad de Cormetur para los barrios desasistidos donde falta de todo?

¡Y que falta de todo! y lo más grave, es que ese “de todo” es lo que se ha ofrecido solucionar en sucesivas campañas electorales.  Calles con deterioro terminal, falta de aceras, cunetas, paradas de transporte público; aguas servidas, agua potable y alumbrado deficientes; abandono total de los espacios tomados para recreación, ausencia casi total de parques, “ajardinados” o no.  Unas cuantas casas campesinas sobrevivientes, que merecen una restauración, otras, más recientes pero de arquitectura singular, que merecen una “arregladita”, un friso o una capa de pintura; capillas, capillitas, monumentos mortuorios con valor que necesitan mantenimiento, muros que deben ser limpiados de propaganda.  En los barrios en cerros que no tienen calles aptas para el tránsito vehicular (en Lasso de la Vega, hay muchos), veredas inestables, escaleras peligrosas, caminos de tierra… Y hablo sólo de parte de los problemas que se pueden enfrentar con el batallón de embellecedores de Cormetur, que convertirían a barrios en “turísticos”, según un concepto social de turismo.

¡Claro! Todas también atribuciones de la Alcaldía, pero sacarle la pata del barro en los barrios abandonados es ser coherente con privilegiar a los más desposeídos, quienes, a pesar del abandono y de saberse afectados por una distorsión perversa de la distribución del presupuesto, siguen creyendo “milagrosamente” en el chavismo, en la revolución, en este, su gobierno, camarada Gobernador.  Y quienes no lo están, y continúan engañados por las luciérnagas de la oposición, es la única cantera para obtener los votos que pueden derrotar la godarria merideña y su satélite y alienada “clase media”.  ¡No hay p´a donde más coger!

¿Cuándo hacerlo? ¡Pues YA!  Comunicarle al alcalde dejado que allí tiene su coroto, que asuma con sus recursos su obligación.  Racionalizar las funciones de ese batallón de Cormetur, cortar de raíz contratos con quienes proveen insumos y las plantas ornamentales que se quitan en plena vida para colocar nuevas (acaba de suceder en el Parque Glorias Patria, y he visto cosas más graves), darles tareas útiles a los numerosos capataces y a quienes controlan a los “podadores” y jardineros, lavadores de fuentes, recogedores de desechos, desde camionetas de doble cabina, sin bajarse, obstaculizando el tráfico.  En este momento me pregunto,  ¿es que acaso hay trabajadores “tercerizados” en esas actividades? ¡Sería el colmo!

Y hacerlo YA, porque pronto nos la jugaremos en elecciones donde el Imperialismo y sus secuaces nacionales y locales vienen por todo.  Y afortunadamente estás en la vanguardia de este estado, y tenemos muchas razones para seguirte sin pestañear.

Bueno, mi Gobernador.  Si le gustaron mis artículos, me avisa, que tengo muchas otras preguntas, que jumean por el Sur del Lago, además del esfuerzo que estoy haciendo para que se acoja un proyecto que no puedo tratar en este escenario.  Hasta pronto camarada Gobernador.



Hay días cuando la ausencia arrecia


y pasan procesiones
que llevan en andas esperanzas desleídas
campamentos
alrededor de rescoldos que apenas humean
cuadros vivientes de Goya
brazos
que se extienden hacia el firmamento
hasta descoyuntar
Y más allá
en plena ruta, en el camino real
los apostados
el valle de las emboscadas
de los traidores que te apedrean
sin que se desdibuje la sonrisa de sus labios
Y la ausencia arrecia
como para buscarte siguiendo el hilo de Ariadna
que Argimiro desovilló en la montaña
forzar tu regreso
desempolvar tu grito
rellenarnos con tu poder
pero son sólo debilitaciones de camino
que ya está definido
y que no hay excusa para abandonar



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miércoles, 29 de mayo de 2013

Una pregunta, Camarada Gobernador de Mérida, Alexis Ramírez



Estás blindado, Alexis, y por eso mi pregunta desde aquí.  En este preámbulo debo asegurarte que no me ha pasado por la cabeza la idea de atribuir a tu temprana y difícil gestión los resultados electorales del 14-04, diferente a las dos anteriores, pero enredada en el caos administrativo, político y moral que heredaste.  Las causas de la hecatombe del 14 las tengo claras, pero no es este el tema de conversación; lo que también tengo claro es que esto hay que revertirlo, por lo menos, a los resultados de tu elección, en los cuales sólo se perdió en los municipios Libertador, Zea y Aricagua.  ¿Posible?  ¡Absolutamente necesario!  Y hasta tirar el resto para que la victoria sea en los 23 municipios.

La responsabilidad sobre tus hombros y los del partido es tan formidable, que la preocupación ya debió llevar a ordenar, como un mi bisabuelo en las guerras imaginarias de Buruquía, apagar candelas, levantar el campamento, avituallarse de todo, enarbolar bandera y… es que de no ganar esa guerra, además de los perniciosos efectos intrínsecos del retroceso de la Revolución, quienes apostados en su inutilidad y “autocriticismo”, apuntarán su dedo acusador y pregonaran para la historia la responsabilidad ajena, la tuya y la de quienes conforman tu estado mayor.  Por esto hay que ganar, y para ello la absoluta necesidad de romper fuegos YA.

Hay varios frentes que pueden ser susceptibles de avanzadas, para tomar posiciones de forma definitiva; de estos, dos son objeto de mi preocupación inmediata: Recuperar la iniciativa perdida en la propaganda y la comunicación, y realizar un cambio de funciones en organismos de gobierno existentes.  Y no se trata de dos movimientos aislados, sino inmersos en una estrategia para el gran objetivo que apuntamos en los párrafos anteriores.

Sobre el primer objetivo ya tomaste medidas (nombramiento del Estado Mayor Comunicacional), pero de tal dimensión e importancia (y por tal un tanto inaccesible) que no necesariamente cubre la verdadera necesidad del movimiento envolvente que debe hacer esta unidad de combate.  No obstante, plantear en este escenario planes y tácticas, es un absoluto error.  Empero, ya envié una oferta en privado, que aún no ha obtenido respuesta, pero espero la tenga.

La otra si puede ser objeto de discusión pública, y de ella trata la pregunta que quiero hacer: ¿Es posible, Gobernador, un cambio radical de la gestión de organismos de su gobierno, apuntando a objetivos tácticos indispensables para el éxito de la Revolución en las próximas coyunturas electorales?

Lo doloroso de la derrota electoral del 14-04 fue el trasvase de votos desde las zonas populares y los municipios fortalezas de la Revolución.  En la coyuntura concreta, no hubo tiempo de asentamiento de medidas económicas nacionales y de avances contra la guerra económica y mediática; y en el estado, además, de que se diferenciara contundentemente la gestión revolucionaria de Alexis de las eclécticas de Porras y Díaz.  Por tanto, no hubo tiempo de actuar sobre esa cantera de votos para la revolución que aún constituyen los sectores populares del estado, subyugados electoralmente a unos intereses contrarios a los de su clase e historia.  Y en adelante, esta veta electoral es la que debe ser trabajada.

Heredaste mucho lastre administrativo, Alexis.  Las gestiones anteriores armaron parapetos en función de sus propósitos personalistas y bajo concepciones reaccionarias de la acción gubernamental.  Soluciones necesarias que apuntaban contra problemas reales, las transformaron en inocuas estructuras generadoras de poder y recursos para amigos y amigotes.  Una de las más características, Cormetur, árbol que creció torcido y… es posible enderezar.

Esa corporación obedece a un concepto de turismo reaccionario, conformado por la “ideología merideña” en función de los intereses de las clases dominantes de la sociedad y adoptado por las gestiones de Florencio Porras y Marcos Díaz como credo turístico fundamental… sus cabecitas, pero sobre todo sus intereses, no les permitieron algo distinto.  Y no es que aquí vayamos a discutir las troneras doctrinarias de esa concepción de turismo, sus efectos sobre los sectores populares y el entorno geográfico, su inutilidad para el crecimiento armonioso de la economía del estado.  Ummku, cuando tu gestión supere lo heredado y adopte definitivamente el necesario entorno del Plan de la Patria 2013-2019… y más allá (la genialidad de este programa supera cronologías a corto plazo), necesariamente ese concepto de turismo será aniquilado.  Por el momento, sólo plantearemos la rectificación en una de las funciones ejercidas por Cormetur, en función de la extrema urgencia expuesta antes.

Pero lo voy a hacer en el próximo artículo (con el favor de aporrea, muy pronto) porque no quiero que este sea más largo que real y medio de tripa en Yegüines.  Hasta pronto, camarada.


lunes, 27 de mayo de 2013

Por estas dimensiones, en el imaginario terrestre


el tiempo transcurre y se dice que hasta vuela
Como sobrelleva la huella de los hombres
y deglute cualquier exuberancia inoportuna
en lo que frecuentemente desatina
lo mercadean como panacea
especie de Indias, mandrágora elemental
brote de vida
y nada más desacertado, y tramposo si se quiere
que su único merito es transcurrir, dejarse cabalgar por el vivir
y trotar o galopar según tus propias decisiones
Tanta ceremonia y parábola alrededor de su derrotero
que cuando lo comienzas a merecer, ya no hay satisfacción
ante él, fulminante, arrollador, pendenciero
¿Qué sentido tiene que te hable de lo que te empalaga
desde que dejaras este tiempo ardiente, desmesurado
abotagado por tu presencia
¿Se trata de una oración irreverente
en una sempiterna misa negra
¿Es un linimento impuro para aliviar
la ausencia de paz y profusión de congojas y agonías
¿O es que introdujimos en las muelas de ese tiempo inexistente
los estados de existir en estaciones de tu ausencia
Sea lo que fuere, qué más da
los sentimientos son mutantes y
moldeables por esa falsedad llamada tiempo
y no puede ser que te conviertas en leyenda
en profusión de partículas para alimento de memoriosos
de quienes viven en paz con su propia esencia
Es necesaria tu ausencia permanente
que es como decir es necesaria tu presencia indestructible
no en las mentes, sino
en el vientre reproductor de la cultura de los pueblos
¡Comandante






 









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domingo, 26 de mayo de 2013

Lo último en des-abastecimiento y barbas en remojo en aporrea



Los artículos anteriores nos sirvieron para enraizar en la historia la peligrosa debilidad de la Revolución Bolivariana para enfrentar el des-abastecimiento de productos agrícolas y de bienes de consumo directo de primera necesidad.   Una agricultura para el consumo interno con muy bajo desarrollo de las fuerzas productivas, sector donde en 1999 privaba todavía la situación absurda de la Gran Propiedad (en muy buena parte de casos, capitalista en su organización y manera de producir) coexistiendo con la Mini y Micro Propiedad, y en esta, campesinos expertos en maravillosas prácticas agrarias ancestrales pero sin soluciones ni canales eficaces para la producción en la escala necesaria para asegurar la independencia, soberanía y seguridad alimentaria.

En cuanto a la Gran Propiedad, enfrentada ideológicamente a estos objetivos, estaba en pleno proceso de abandono de los cultivos que alimentaron la agroindustria indispensable, con propietarios reconvertidos en importadores de lo que producían, desde países cuya especialización, técnicas y escogencia de insensatas prácticas impuestas por un desvirtuado desarrollo tecnológico, monopolizado por empresas de un poder nunca antes visto, que aliados a las oligarquías nacionales y capital extranjero, derribaron cualquier decisión nacional de producir de diferente manera.

Esta presencia de abandono de producción para importar tuvo un antecedente muy grave para algunos rubros de la producción nacional; fue el plegamiento a la exportación de la sobreproducción de productos agrarios subsidiados de Estados Unidos, cereales en especial, que significó para todo el mundo colonizado la disminución de la producción de alimentos, el recrudecimiento del hambre y la imposición de parones de consumo extraños.  Los TLC con Estados Unidos contienen en sí ese peligro, como lo ha demostrado transparentemente la agricultura mexicana.

Cierto que la Revolución Bolivariana ha incorporado a la producción (o a la posibilidad de ella) una gruesa cantidad de hectáreas que fueron distribuidas según criterios de propiedad radicalmente distintos a los existentes, reforzado con un modelo de tecnificación que podría ser discutible, pero la respuesta económica de ello aún no se ha dejado sentir, porque hay escollos estructurales y contradicciones aún presentes.  Y aquí es necesario introducir la “queja” de los grandes propietarios de tierras en el país afectados por la política agraria revolucionaria, que plañen por sus unidades de producción, “desmanteladas e improductivas”, evocando un pasado que nunca existió, pues es falso que alguna vez fueron capaces de “alimentar” el país.  Entrar en las distorsiones económicas de esas añoradas propiedades, así como en las características del modo de producir,  la reinversión y la acumulación, escapa a este artículo.

Una última característica general del sector agropecuario heredado por la Revolución Bolivariana que utilizaremos aquí, es la paradójica situación del uso de la tierra, con una clara raíz histórica.  Las tierras agrícolas mejor dotadas, no muy abundantes en nuestro país tropical, estaban y siguen estando dedicadas a una absurda ganadería extensiva, que sólo en años de bajo consumo, disminución del rebaño nacional y aprovechamiento del contrabando ha sido capaz de surtir de carne, leche y otros productos derivados al país.  Eso sí, ha permitido la existencia de una clase desmesuradamente rica, ostentosa, desnacionalizada, poderosa políticamente y vanguardia de la oposición al Gobierno Bolivariano.

Las tendencias del sector agropecuario de finales del siglo XX fueron posibles por la “apertura” sin restricciones de los mercados a que obligó el neoliberalismo, la misma situación que permitió la “desindustrialización” y la “tercerización” que se daban paralelamente, convirtiendo al mercado interno en dependiente de las importaciones agrícolas y de otros bienes de masivo consumo directo.  Estas situación estructural, aunada a la no disposición expedita de divisas, pues con el control de cambio se había cortado los canales que históricamente las derivaban hacia minorías privilegiadas en detrimento del pueblo venezolano, y en el momento se estaba produciendo una evaluación y cambio de estrategia de su utilización, por las troneras de corrupción que existían (creo que se estaba también atendiendo al servicio de la deuda externa), permitió que el des-abastecimiento surgiera desaforado, y no hubiese respuestas económicas gubernamentales de emergencia que lo detuvieran. 

Sumado a lo planteado sobre las medidas que apuntan a la reforma de la estructura agraria, aún sin respuestas decisivas, la loable política de “reserva alimentaria” y la de suplir a precios justos buena parte del consumo nacional, exitosa en situaciones normales de abastecimiento, no logró enfrentar eficazmente la situación crítica que se comenzó a vivir en momentos álgidos del panorama político nacional.  ¡El daño fue mayúsculo!  Ergo, otro aspecto que demuestra la necesidad de profundizar el proceso imaginado, iniciado y demarcado sabiamente por el gran Líder Chávez.

Por todo esto, estamos convencidos de que el des-abastecimiento no constituye necesariamente una amenaza definitiva y a largo plazo contra la existencia de la revolución Bolivariana, si se combinan estrategias de corrección y asentamiento de la política agraria revolucionaria, con importaciones complementarias o estacionales, realizadas por el Estado, dejando fuera a los importadores de alimentos, que serían surtidos según sus requerimientos en el territorio nacional.  ¡Malhaya espacio y disponibilidad de recursos bibliográficos que en este momento no tengo y que me obligan a escribir “de memoria”.

Paso a rematar este artículo con un tema bien distinto.   Hay muchas barbas en remojo en el escenario aporrea.  Se le sacó punta fina a una afirmación presidencial sobre la crítica de intelectuales y su peligro táctico, y se convirtió en alarma general lo que se venía denunciando desde valederas opiniones.  Críticos, potenciales críticos, creyentes de la crítica, autocríticos y similares, reviraron todos a una, y que sepa yo, nadie había repudiado la crítica ni negado su carácter indispensable en este y en cualquier proceso revolucionario del mundo.  ¡Pero había que dejar sentada la posición para la historia de la Revolución Bolivariana!

Lo que siempre se había “criticado” era un tipo de reacción visceral, prepotente, gaseosa, falta de contenido, destructiva, reaccionaria, insultante, ignara, tremendista, provocadora, desmedida, demarcadora, promotora del yo, babosa, divorciada de la acción, de la praxis, extrañamente coincidente con la del enemigo y usada por este para arremeter más contundentemente… conque un grupo muy compacto e identificado (no porque a nadie le interese hacerlo, sino por lo concomitantes) de aporreadores reaccionan cuando creen que personajes del gobierno yerran políticamente, meten la pata, no hacen lo que yo creo, se salen de mis limitaciones teóricas, doctrinarias e ideológicas, traicionan a las masas, incumplen con los mandatos de Chávez, se comportan de manera contrarrevolucionaria, la cagan, no tienen cojones suficientes para hacer lo que se debe… y de ahí pa´rriba.  ¡Ah! Y muchas veces, con maromas indescriptibles,  la quieren hacer pasar por “autocrítica”. 

Afortunadamente aporrea, un lugar privilegiado para la Crítica, tanto que aloja, aguanta y hasta promueve la crítica y la Crítica, también aloja a los intelectuales que, por la práctica demostrada, más creen en la necesidad teórica de la crítica que en su costumbre a hacerla, porque sus escritos tienden a aportar soluciones y enriquecer la teoría revolucionaria y sólo en momentos como los actuales, cuando pareció amenazada la correcta práctica de la crítica, también salieron a sentar posición.

Y yo lo estoy haciendo, porque he sido responsable de descargas merecidas, que asumo con todas las consecuencias, contra la crítica falaz.  Hasta el próximo, mis amigos, no sin antes contarles que la única vía donde fluye el tráfico en Caracas, es aporrea.  Mi último artículo entró en circulación a primeras horas de la madrugada, y a eso de las 9:00 am ya estaba en el autopista de salida, a excelente velocidad; no pasó ni 24 horas atravesando el amplio y crítico portal.


En aporrea.org




sábado, 25 de mayo de 2013

Ayer, la altivez nos inundó


y fue por el eco atronador
florecido donde se puede cabalgar Norte y Sur
escurrido por laderas de volcanes
que prodigan agua de vida y no lava torrencial
alzado, como el sol de cada día
por el cóndor inmortal
reconvertido en torrente de voz
para rebozar las tierras de diario batallar
de los hombres que lo volvieron a ser
conjuraron sus pesares
y aquí están
Y es que honrar honra, lo reafirmó Martí
y te rindieron homenaje
para ubicarte en las certidumbres de la Historia
por pionero, por avizorador
por lobo solitario
cuando holgaba la manada
que hizo añicos los cepos del trampero mayor
¿Cómo no sentirnos realzados
enaltecidos, dignificados
si comulgamos contigo
y pasamos a integrarnos a tu Ser
Ayer fue un día de contento
de verdad

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viernes, 24 de mayo de 2013

¡Viva! ¡Seis meses!

Vendedora de albricias




Seis meses de habitar la Web, ocupando un espacio virtual para la Revolución.
Vendedor de hierbas mágicas




Seis meses de trabajo gratificante que no ha generado cansancio, sino placer; y este proviene de los amigos que han encontrado en HISTORIA PARA FUNDAMENTAR un lugar de libar, una estación en su transitar virtual, atareado con frecuencia.  Gracias, amigos, porque por ustedes aquí seguiremos, en esta avanzada de la batalla mediática, articulada con la rapidez del tuiter y los escritos en portales de vanguardia.
¡Rumbo a los siete!


jueves, 23 de mayo de 2013

La pasarela de los culpantes históricos del des-abastecimiento



La situación de la agricultura para abastecer el mercado interno fue siempre deprimente (ínfimo desarrollo de las fuerzas productivas) y la crisis de la agricultura para la exportación también la afectó negativamente.  La actitud de los propietarios frente a la crisis va desde ajustar la producción a las reducidas cantidades y bajos precios de exportación, explotando más extensivamente sus tierras, hasta sustituir cultivos, pero no por productos agrícolas de consumo masivo, sino por caña y pastizales, cambio que en el caso de Los Andes conllevó un alto costo ecológico.

La reforma agraria del 61, estructuralmente incompleta, tuvo entre sus efectos la disminución de la producción, pues, entre sus numerosas limitaciones, dividió en parcelas unidades de producción productivas, desarticulando la producción por el carácter privado de cada una de las parcelas y la falta de un proyecto comunitario.  Además, tal había sido la carencia histórica de los campesinos beneficiados, que la satisfacción de sus necesidades reprimidas significó el descenso de la producción para el mercado, y la importación de alimentos se convirtió en rutina política.

Avanzados los ochenta, cuando ya se había producido la relatifundización y se acentuaba esta tendencia; en la “intelectualidad” comenzó a privar el criterio de que para qué una nueva reforma agraria si “no había campesinos con qué hacerla”… y era que miraban la realidad del campo venezolano a través de las estadísticas que reflejaban un proceso de urbanismo superior al 95% de la población, y desde la fractura neoliberal que estaban sufriendo sus molleras.  ¡Errados los “incautos”!  Además,  lo que quedaba de agricultura productiva, sufrió la debacle que significó la neoliberal “apertura del mercado”, que la coleteó tan intensamente como a la industria.

La sustitución de importaciones populista provocada por la crisis del 29-33-54, no alcanzó en Venezuela grandes vuelos.  Luego de agotado el populismo, Pérez Jiménez, inspirado por el efecto demostración de los logros de los países donde se había dado plenamente, adopta una política económica populista y sienta las bases definitivas de lo que sería la industria (industrialización es mucho decir) venezolana en las dos décadas siguientes.  Para el análisis, dejamos de lado la creada bajo los auspicios y control del Estado y la relacionada con la producción petrolera.

Igual que en los países que alcanzaron la industrialización a la sombra de la protección que les brindara la crisis mundial, cuando fue patente la incapacidad de los países desarrollados de atender más lejos de sus enfermas narices, fue la protección instituida la que permitió el surgimiento de la industria.  En los sesenta se produjo la separación definitiva entre lo que pudo aproximarse a una burguesía nacional, los agrupados en ProVenezuela, entre los cuales resalta la figura de Alejandro Hernández y la “burguesía” que se plegó al capital extranjero, que vendieron sus emergentes industrias o se ataron a la dependencia a través de royalties y concesiones.  Por su parte, el capitalismo recuperado de su crisis, encontró los mercados cerrados por el proteccionismo estatuido y optó por penetrarlo con industrias ensambladoras de bienes de consumo directo, dependiente de la importación desde sus matrices de productos semiterminados e insumos, de iguales características en cada una de las naciones con mercados protegidos, sin importar la dimensión de estos.

En condiciones de protección extrema, sin competencia, la industria “nacional” produjo de manera ineficiente, no competitiva y sus productos fueron de mediana o baja calidad.  Excepciones, claro; la que conllevaba protección natural (materiales de construcción, bebidas, lácteos… ) o de baja composición de capital en el momento (textiles, tejidos…).

Un industria así planteada cayó estrepitosamente con los primeros vientos del neoliberalismo, ante el comienzo de la pérdida de la soberanía y aceptación de la imposición de la apertura de los mercados.  Cual fila de dominó desaparecieron o se debilitaron a extremos textiles, línea blanca y marrón, metalmecánica, química, farmacéutica, peletera, confección,… y comenzó una recomposición de la de productos masivos de consumo, incluyendo agroalimentaria y la de productos de uso personal.  También, se incrementó la venta al capital extranjero o a monopolios nacionales en formación, de industrias que constituyeron hasta entonces una referencia nacional.

Una característica de involución burguesa, maligna para la sociedad, afortunada para los protagonistas, fue el desdoblamieno de los industriales, nacionales y extranjeros, en comerciantes.  El capital extranjero comenzó a sacrificar las líneas de producción, dejando las mínimas para justificar su presencia, y se convirtieron en importadores de lo que antes fabricaban en el país y de productos novedosos, desde donde su producción gozaban de mayores ventajas comparativas.   Los empresarios “nacionales” hicieron otro tanto, contribuyendo a inundar el país con importaciones perfectamente susceptibles de fabricación nacional.  Este comportamiento de la burguesía nacional y extranjera fue sobretodo exitoso en la nueva situación de control de cambio y divisas instituido por el Gobierno revolucionario, ya que canalizaron hacia ellos las divisas cedidas para las importaciones, necesarias o no.

La apertura neoliberal de los mercados trajo otras consecuencias quizá más destructivas de la economía nacional, además de las reflejo directo de la desaparición de industrias, como el cultivo del algodón.  Fue el abandono definitivo de rubros agrícolas ahora importados de países con tendencia a la mono producción, la extensión de su frontera agrícola, la adopción de prácticas agrícolas atadas a los grandes controladores de nuevas tecnologías, que lograron alta productividad y arrasaron la agricultura en muchas regiones del mundo.  Muchas de esas empresas lograron también canalizar las divisas otorgadas para la producción de alimentos.


Después de estos enormes trancos de gigante de cuento infantil, queda empatar la situación de ínfimo desarrollo de las fuerzas productivas en la agricultura y el falso desarrollo de ellas en la industria, con la crisis de des-abastecimiento que sufrimos, a pesar de los esfuerzos del Gobierno Revolucionario para lograr la soberanía y seguridad alimentaria y para reanimar la industria nacional.  Nos veremos en el próximo.


También en aporrea.org

La pasarela de los culpantes históricos del des-abastecimiento