La "guerra de las colas"... batalla perdida, a pesar de que muchos hemos sido guerrilleros en ella
Aislemos, por ahora, las colas de su origen. No será por mucho tiempo, porque pronto le caeremos a mordiscos a lo substancioso del tema, en este caso, las causas verdaderas y la "cultura de las colas" que la ineficacia puede imponernos. Ahora sólo consideraremos que por todos lados nos encontramos con largas filas cuasi ordenadas de personas que esperan su turno para... cualquier cosa, colas. En Venezuela, que no en otros países, donde tal palabra remite a la anatomía.
El fenómeno de las colas no es nuevo, pero en la actualidad ha crecido
exponencialmente; siempre han sido "costosas", tanto que el dato
siguiente parece increíble: en cualquier año, incluidos los más conflictivos de
la Cuarta, las horas-hombre desperdiciadas en las colas de bancos eran
superiores a las perdidas en todas las huelgas de trabajadores. ¡Hay que
ver! ¿Cuántas horas-hombre de trabajo ha hecho perder Supermercados
Bicentenario?… por citar algo. Ahora son
“costosas” por partida doble, económica y políticamente; con efectos negativos
atribuidos a las colas en sí y por su uso intensivo en la propaganda mediática.
Durante la huelga petrolera se llegó a la excelsitud en eso de las colas y
en la capacidad de los venezolanos de compartir, mostrar buena cara al mal
tiempo y ubicar exactamente los responsables de su situación. ¡Que se le ocurriera
a un escuálido hacer gala de su militancia en una cola de gasolina o gas!
Pero las colas de hoy no tienen que ver nada con las colas de entonces y
si esa batalla la ganamos, en la actual hemos recibido una soberana paliza.
Comienza la cola, se agranda la cola, se agiganta la cola, y se van
presentando situaciones que van desde el simple rumor a la protesta
generalizada; de la acción premeditada de los escuálidos, propagando
"consignas" de descontento, mortificando con la situación
desagradable que se está viviendo, hasta gritería y protesta ruidosas como
efecto del correr sistemático de las protestas apagadas.
Es la tercera cola que hago hoy, vengo de donde había papel higiénico y crema
dental, después a los chinos que están vendiendo azúcar y aceite, y aquí estoy,
en este Bicentenario, por dos miserables pollos que me dejarán comprar y dos
paquetes de carne de segunda. ¿Cuándo se había visto esto? Tanto gas en este país,
y aquí tengo dos horas bajo este solazo por una bombonita; ique cuesta 3,60,
pero el distribuidor del barrio me la clava en 7, pero nunca tiene; esta me va
a salir como en 45, porque tengo que pagar moto taxi. ¡Epa no se colee! Aquí no hay consideración con los adultos
mayores. Pase señora, que esa barriga es
mejor que estar enchufao. ¡Epa! ¡Epa! el
guardia pasó a un conocido. Siga votando
por el que te conté y caiga el domingo con Maduro. Como en Cuba, son los cubanos los que
inventaron esta vaina de las colas; ah, y también tienen penetrado el
ejército. Compre todo lo que pueda,
porque lo que viene es boleta de racionamiento…
En medio de esto, de repente, un guerrillero truena, y que haces aquí, si en
las tiendas de delicateses hay de todo; tú sabes dónde hay carne, anda a pagar
el precio de carnicero especulador; mientas más mercancía en el carrito, más
hablador de güevonadas; tú si sabes quién tiene escondida la harina Pan; que yo
sepa, en la Asamblea Nacional no fabrican crema dental, pendejo; antes tenías
que pedir prestado medio pa´completar un real y ahora llegas con ese
fajo´billete y sales con el carrito que revienta; vas a ver que después de
elecciones se acaban las colas, es el saboteo más balurdo; burguesía malandra
que tiene a la gente pariendo; cómprate el Nazional para que te limpies ese
culo … y así se entona el contrapunteo en las colas.
Puedo dar testimonio de usuarios protestantes en extremo, propagadores de
infamias, que salen minutos después de una larga cola con 3 calentadores a gas
(dos él, uno un amigo que le acompañaba para hacer la cola del cajero y para
ayudarlo a cargar la "compra"), cuyo destino bien puede ser la
reventa.
Cola donde los chinos para pagar, cola en las farmacias, más largas en el
Bicentenario y en los Mercal (para entrar y para pagar), cola en los
operativos, cola, colita, colota. Hoy
mismo (lunes 6) a eso de las 2:30 pm en el Bicentenario de Mérida, una larga
cola que organizaron los "militares" (mal encarados y haciendo el
trabajo de mala gana) bastante lejos de la entrada del Super, posición que no
permite ver el interior, porque cuando así sucede las protestas son mayores. Como siempre, permitían entrar lotes de 10-15
personas, según fuesen saliendo otras, y en el interior coincidía centenar y
medio; la cola para pagar larga como real y medio de tripa en Yegüines, porque de
las 6 cajas había sólo dos habilitadas. ¡Coño! Dios no le da cachos al burro,
pero de ser jefe, ese gerente incapaz de planificar el trabajo, dura 5 minutos
más en el cargo. Y por allí, cerca de
"la oficina", empleados mariposeando, sin ocupación aparente.
Y el desencanto a millón; tiempo de espera, tiempo de reflexionar y
procesar los reclamos de todos los tipos y colores; cansancio, ganas de tirar
todo pal´coño y salir corriendo, pero ¿y qué como hoy? ¿con qué me limpio? Y en las mentes menos claras y con memoria
limitada, es verdad que esta vaina es culpa del gobierno, cuándo antes de
Chávez; eso, sumado a otras situaciones, van minando la lógica y la posición de
clase y terminan votando por… Pasaron
las elecciones y la situación sigue igual, sigue siendo caldo de cultivo para
el descontento, enel marco de la “situación de golpe” provocada por la derecha
irresponsable.
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