PALESTINA,
desde mi racionalidad e intelectualidad,
desde mi amor militante.
La humanidad del presente tiene la desgracia de vivir en un caos controlado, estado letal que permite la sobrevivencia del orden mundial entronizado por el capitalismo.
Dentro de ese caos se permiten situaciones extremas de barbarie, negadoras de la razón, fuera de la lógica humana, ocasionadas por el cumplimento de pretendidas promesas hechas por un dios al pueblo que eligió como suyo. Esta es la lógica del sionismo, que extermina a los que considera no hombres que ocupan históricamente el territorio que su dios les legó.
En el cumplimiento de ese destino, el horror aplicado sobrepasa ampliamente el que recibieron durante el holocausto, intento de borrarlos de la faz de la tierra por ser considerados raza inferior por otra doctrina fundamentalista que enarbolaba la superioridad racial como motivo para señorear el mundo.
Ese trato cruel contra un pueblo forma parte de los instrumentos creados por los intereses capitalistas generadores del caos que sobrelleva la humanidad, y por eso se permite con impunidad.
Pero se está lejos de la derrota de los valores que tienden a hacer más humana la humanidad y desde todos los rincones del planeta surgen gritos desesperados, amorosos, contra el genocidio que el estado de Israel aplica al pueblo palestino.
¡Unámonos a ellos! ¡Protestemos! ¡Condenemos este genocidio! ¡Desbordemos nuestro amor por Palestina qué es como hacerlo por la humanidad!
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