La más ilusoria de las banderas falsas…
y Venezuela en la lista negra.
La intromisión violenta de
los Estados Unidos en conflictos internacionales siempre se ha justificado bajo
operaciones de bandera falsa, pero desde la voladura del acorazado Maine nunca
una bandera falsa había sido tan ilusoria como la del uso de armas químicas en Idlib
por el gobierno de Al-Asad, esgrimida por el gobierno de Trump para bombardear
a Siria. El más estúpido de los subterfugios
para la iniciación del más obtuso de los presidentes en la aplicación de la
lógica violenta a los problemas estratégicos del imperio. Nada de acusaciones sistemáticas y
prolongadas sobre la posesión de armas de destrucción masiva, o de costosos montajes
cinematográficos, como el que se aplicó en Libia; sólo la simpleza de acusar al
gobierno sirio de un ataque con armas químicas que causaron muertos y afectados
entre personas inocentes, realizado por los mismos terroristas que sirvieron de
testigos para que Trump justificara su acción criminal. Fue un ataque cuya lógica está más allá de
este hecho fraudulento, que sólo beneficia a la aplicación de los fundamentos
del sionismo practicado por Israel, y a mostrar el verdadero poder detrás de la supuesta democracia norteamericana,
bajo el cual el poder ejecutivo, de no coincidir con él detalle a detalle, se
convierte en rehén privilegiado.
Dos escritos en este blog
han estado dirigidos al inestable Trump.
El último (http://frontinoso2.blogspot.com/2017/02/y-dale-que-dale-sobre-el-trumpudo-ya.html)
ratificaba los planteamientos fundamentales del anterior (http://frontinoso2.blogspot.com/2017/01/en-esta-cruzada-es-indispensable-hablar.html)
y el presente, que no los modifica, sigue alertando sobre la posibilidad de que
Trump actúe militarmente para solucionar los problemas que el ensayo venezolano
le viene causando al imperio.
Y es que la opinión
mundial está obsesionada con sus propios fantasmas. La europea, acoquinada por el terrorismo dosificado
que viene sufriendo, perpetrado por terroristas manejados por agencias de
inteligencia de los países que en última instancia se benefician de que el
mundo permanezca al borde del caos. El
mundo en su totalidad, pendiente de las amenazas que penden sobre la misma existencia
de la humanidad, hábilmente esgrimidas para la mediatización colectiva y que,
en última instancia, mueve los motores económicos de supervivencia del
capitalismo. Así, una acción militar
sobre Venezuela sería un hecho cumplido, intrascendente desde el punto de vista
de la política internacional y, para actores de reparto y extras alucinados, merecido.
El escenario está fabricado
y los tramoyeros, esperando la oportunidad.
La resistencia a los acontecimientos que pueden generarse, está montada
sobre palillos y duele exponerla. Ante
las invasiones, los ejércitos institucionales, cuando no se pliegan al invasor,
terminan en rendiciones incondicionales.
La guerra no convencional, la guerra asimétrica, no se improvisa de la
noche a la mañana y los ensayos ocasionales casi que provocan risa. El Comandante dejó al pueblo desarmado, así
apelando a la milicia se esgrima otra cosa; la milicia es un componente
militar, sujeto a la estructura militar convencional, la de los ejércitos de
cuyo seno siempre han aflorado los traidores.
Los líderes, militares o no, capaces de dirigir la resistencia armada,
estarán en desventaja insuperable. La
quinta columna es poderosa y se le permite actuar de manera descarada. Al igual que la batalla que se está librando
en la actualidad, la debilidad mayor será la formación doctrinaria del pueblo,
que sólo permeó algunas capas, a pesar del desproporcionado esfuerzo que puso
Chávez en ello.
Es urgente insistir en la formación del pueblo y colocar en la
conciencia social del momento la preparación para la guerra, porque de que
viene vendrá. Son muchas las ventajas
que se pueden asentar si tomamos conciencia de este futuro posible. Retrasarse es posponer la victoria.
Otro escrito sobre el tema: http://frontinoso2.blogspot.com/p/blog-page.html y aquí, bajar hasta X (19/02/17)
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