¡NOS MATARON AL PRESIDENTE!
Esto no es un cuento; mis cuentos sobrevivientes los recopilé en “Historias fabulosas de tiempos verdaderos” y los comparto AQUÍ
https://onedrive.live.com/?cid=25BBDACA57D44B11&id=25BBDACA57D44B11!105
Esto es una "historia verdadera de tiempos fabulosos" , resumida de un escrito mayor, que evoca otra con igual título, que se convirtió en terrible realidad.
En época de mi Comandante presente y actuante, compartí un viaje entre Táchira y Mérida con un soldado de la FAB.
Locuaz, no paraba de hablar de los temas que sutilmente le proponía;
así, me enteré de las habas que se tostaban en ese momento en su ambiente militar.
Estuvo destacado en la frontera y su experiencia no fue buena; por
ejemplo, una vez, “por una toche batería de la radio” estuvieron a punto de caerse a plomo dos patrullas, creyéndose enemigos. Y no
era el único problema de equipamiento, porque podía faltar de todo. Eso fue al comienzo de su servicio, porque
después descubrió bondades del ejército que lo entusiasmaron, los cursos. Si solicitaban voluntarios para uno de cocina,
se ofrecía con rapidez; si para curso de
mecánica, armamento... siempre era candidato; y así, de curso en curso evitó las tareas más duras, como
algunas guardias y patrullaje. Olvidaba advertir
que, campesino tachirense, tenía una conciencia de clase muy asentada y admiraba al Presidente
Chávez, por lo que se buscó como pudo un curso para guardia presidencial. Varios grupos optaron por clasificar para
convertirse en guardias del presidente; entrenamiento especializado, charlas de
formación política… hasta el momento de la verdad, la prueba de selección. En este estado dejó el cuento, lo que me
obligó a preguntarle si lo había aprobado.
Con cierto dejo de tristeza, me dijo –¡no! porque nos mataron al
Presidente. Qué iba yo a imaginar que el
pingo coronel que estaba pegado a él era el que le iba a pegar los tiros. Tan pendiente que estaba, dispuesto a morir por él, mirando cada detalle de la gente que estaba cerca,
buscando sospechosos… pero no, fue el coronel el que le metió tres tiros de
nueve milímetros, y yo con esas ganas de vaciarle al bicho la cacerina completica, pero no pude porque se
arremolinó mucha gente.
Celebré la forma de contar el fracaso
del curso para guardia presidencial, y en el momento pensé que eso no sería
así, porque el Comandante tenía que conocer muy bien a los oficiales de su
entorno inmediato. Me equivoqué, como le pasó a él, la
historia nos está develando que no fue así.
¡Nos mataron al Presidente!
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