De la esfera de la autocrítica y la crítica al Gobierno,
a la del análisis de las tácticas del enemigo
Quedamos (con los escasos lectores que tuvo mi anterior artículo (http://www.aporrea.org/actualidad/a164713.html), porque, quizá, el título no vendió) en que desde mi posición de intelectual, autocritico o critico partiendo en plan de igualdad con quienes diseñan políticas que yo responsabilizo de haber afectado el caudal de votos, para inmediatamente demostrar que yo me las sé todas toditas, soy mejor político, superior dirigente y estratega, muy por encima de los dirigentes del partido, los ministros y, desde luego, de Maduro. ¡Soy lo máximo! Si pudiera decidir, si fuese asesor, si en mis manos estuviera… no hubiese pasado eso y si mi abuelita tuviese ruedas fuese bicicleta. Bueno, en eso no quedamos, la mejor parte la estoy aportando ahora.
Pero sobre todo quedamos en que la pasada fue la mejor
campaña concebida por la oposición, considerándola “mejor” sólo por haber
logrado el objetivo de sacar más votos y casi desbancar al Gobierno
Revolucionario, y por asentar sobre estos resultados una estrategia golpista
que no les está resultando como estaba diseñada por el Imperio, pues el horripilante
arácnido perdió varias de su octeto de patas antes de comenzar a caminar.
Paralelo al desarrollo de las patadas de ahogado (léase
mantener vivo un golpe ya interno en una UCI) de Coproles y sus adláteres, la
campaña electoral sigue como si las elecciones no hubiesen sucedido, y sus
efectos golpeando sectores sensibles de la sociedad. Paradoja de por medio, mientras un sector de
los “tierrudos” que votaron por Coproles entona un mea culpa con sonoros golpes
de pecho por haber apoyado a ese loco de amarrar, irresponsable, violento y
pendenciero, que como no ganó quiere arrebatar, otros mantendrían su voto y los
hay que lo cambiarían a su favor.
Es esta campaña que continua viva la que hay que desarmar
para detener definitivamente sus erosivos efectos. De los elementos que consideraremos hay unos
de nuevo diseño, aislados de las debilidades del Gobierno Bolivariano, o no
dependientes directamente de los errores de conducción, fenómenos estos privilegiados
por la mayoría del análisis desde la izquierda.
Y miren que esos elementos pesaron.
Otros componentes de la exitosa campaña opositora fueron los trazados a
partir de situaciones que la misma oposición provocó, recayendo en el gobierno
la responsabilidad de no haber podido evitarlos o revertirlos antes de que el
efecto esperado por los opositores fuese exitoso, como sucedió. Hay elementos directamente atribuibles a
medidas económicas gubernamentales, cuyos efectos negativos, por las
circunstancias sobrevenidas, no tuvieron tiempo de dispersarse y revertirse, es
decir, no alcanzaron a provocar los efectos beneficiosos que los ejecutores
esperaban en un plazo mayor que nunca se tuvo.
Y por último, los efectos de los errores y omisiones que se vienen
arrastrando y parecieran característicos al Gobierno revolucionario. Hay más elementos, pero los colocamos en el
bojote de si me queda tiempo y espacio.
En el esquema que Jesús Silva planteó en su último artículo
(http://www.aporrea.org/actualidad/a164776.html)
me referiré al grupo de electores de los sectores populares que traicionándose
como clase, cedieron su voto a Coproles.
Y ahora, a pesar del esquema planteado pero conservando el objetivo de
desarmar la campaña electoral opositora, comenzaré con un planteamiento resumen,
pero prioritario en la anti campaña que se debe emprender.
Partamos, sin aún relacionarlo con la estrategia enemiga,
que los votantes de sectores populares antes “chavistas”, trasvasados a
Coproles, sufrieron un atroz engaño, es decir, “fueron engañados”, y a nadie le
gusta quedar como tal. Y es este el
momento, de locura desatada al son de la pataleta del orate mayor, de emprender
una campaña incisiva y profunda sobre el “engaño” de que fueron objeto. Pintas, volantes, recursos técnicos aportados
por el Sibci a los comunicadores de calle, radios y periódicos comunitarias, todos
a una los revolucionarios probados en operación boca-oreja-cerebro, en fin, “empapar”
los ambientes populares donde se perdieron votos, con consignas cortas: te
engañaron, los burgueses te pusieron a votar por ellos, los comerciantes que te
explotan te robaron también tu voto, si esperabas una vivienda ya habría sido
reasignada a un escuálido probado, votaste por quienes quisieron destruir tu
CDI, perdiste miserablemente tu voto, te hicieron votar por quienes provocaron
las colas donde te ladillabas, te hicieron votar por quien “desapareció” la
harina, los pollos, los huevos, el papel higiénico, la crema dental… El Gobierno Bolivariano hizo un gran esfuerzo
por protegerte, pero no daba abasto por la escasez provocada por los
opositores; te hicieron votar contra tu conciencia, te hicieron votar contra
tus intereses de pueblo, de ganar la oposición lo hubieses perdido todo. Y así, ajustando los mensajes a las
características e idiosincrasia de cada comunidad.
Por hoy es todo.
Parece, pero no me he perdido en la secuencia del artículo que, luego de
ahondar en el aspecto tratado, seguiré con fidelidad. Antes, los invito a leer en Historia para
Fundamentar (http://www.frontinoso2.blogspot.com)el
escrito “La vida de Maduro es la vida de la Patria… ¡ni un huequito en la
seguridad!”, no enviado a este foro por eso del intenso tráfico a que está
sometido, y mi aporte al descongestionamiento es seleccionar mejor lo que
envío. Me voy porque vine, como decimos
en Yegüines.
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