Pizpireta
la dejaste, Camarada
vivaz, resuelta, deseada
por todos los órganos de acariciar
y los órdenes de poseer
silvestres, iracundos, borbotantes
acorazonados
Con una Historia así
siempre se va más allá del con-fin
briosa
caracolea con un leve toque en los ijares
torrentosa
sin meandros, sin remansos
recreada por ti, nada más ni nada menos
Y
la encontraste enmohecida
con
pátina de tiempo inerte
pústulas
de fluido rancio
sin
reflejos ni sones, sin las glorias
cercada
por oficiantes despreciados
más
allá de la parvedad de sub-yugarla
Así
sumida estaba
hasta
la cerviz sepultada
sin
valor de uso, pero sí de cambio
Aquí
tienes tu real y medio de historia, compañero
hay
más y está barata
que
soy el administrador de la cantera
el
poseedor de la llave del Sancta sanctorum
el
descifrador de códices, petroglifos y necesidades
el
más-mejor de toda la comarca
Úsela
sin temor a que caduque
y
palpe
cómo
se des-moron-a, caballero de corcel de carrera-s claveteado
sin
traer a homenaje las damas, las del rincón
las
últimas aceptadas, no podía ser menos
por
eso de las bondades de su género
de iguales proezas, o quizá
para dejarla hecha arma-dura
hecha
lanza
o
simplemente Historia Nuestra
como
tiene que ser
y
lo será
(CATORCE)
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