Dicen los decires
y yo me pliego a ello
que cada quien en vida
es el artesano de su propio cielo
Los hay de paz sedosa
de filigrana
barrocos
churriguerescos
ridículos
armoniosos
rutilantes y apagados
Los hay tan endebles
que sin destructurarse
se bambolean con el peso de las almas
¿De qué carezco
¿Qué temo
¿Qué me place en demasía
Las respuestas componen la materia prima de la fábrica de cielos
¡Sublime Torre de Babel
edificada con cielos
que de esa hermosura emana
la imposibilidad de coincidir
después de haber abandonado
tierra sólida, cuerpo acariciable
planes, futuro y sueños
Muchas y en ellas me las juego
Mi cielo es alimentar un río
que arrastre mis cenizas hasta el delta
abonar un árbol gigantesco
o un junco humilde, por lo menos
así como tu cielo fue esparcirse
en esencias vaporosas
para alimentar doscientos años
el camino de los pueblos
(DIECISIETE)
No hay comentarios:
Publicar un comentario