NOS CHUPAMOS EL DEDO SI CREEMOS FORTUITOS LOS ASESINATOS DEL HAMPA
Jorge Mier
Hoffman, historiador, fue “asesinado por el hampa” tras ofrecer resistencia a
un intento de robo; un hampón murió y otro se entregó a las autoridades. Caso policialmente cerrado, y sólo queda el
dolor y la frustración de quienes lo sobreviven y amaron o conocieron,
sentimientos que se van disipando con el tiempo, hasta convertirse en tenue
recuerdo.
De
paranoicos o proclives a inventarse conspiraciones se acusa a quienes ven más
allá de la “acción del hampa” en este momento histórico, porque quienes deben
tener esa capacidad de otear todo el horizonte político están viendo la burra cargada de conejos y todavía preguntan si los
perros son buenos, como decía mi nona
Julia.
No
es azar, se otra acción de nuestro ISIS, creado en laboratorio de guerra de los
servicios de inteligencia de Israel, EEUU, Canadá, Colombia... y Venezuela, que
no da cuartel. Tiene clasificados los
sectores de la sociedad para conmoverlos con asesinatos de representantes seleccionados
de antemano, y esta es sólo una de sus tareas, porque actúan en todas las
instancias, en oportunidades muy cerca de nosotros; "pequeños
errores" que apenas se consideran, se concatenan para un fin más amplio,
demoledor. Se mimetizan en las
instituciones, en las organizaciones populares, en la delincuencia, saltan
donde menos se les espera. Y lo que se
ha venido llamando hampa, siempre ha sido un sector fácil de penetrar y usar,
para fines espantosos y en ocasiones hasta para fines altruistas… ha sido así
en toda la historia, y en este momento, en Venezuela, es utilizado como instrumento de
demolición política.
¿Nos
derrotarán? Sin claridad doctrinaria, sin capacidad para analizar la realidad
que vivimos, cada acción que nos afecta suele inocularnos el desaliento, provoca
que surja la crítica elemental, visceral, y se pierde parte de la capacidad de
resistencia social integral. Y a riesgo
de recibir carajazos virtuales, afirmo que se declaró con retraso la guerra a
una situación (guerra no declarada) que tenía tiempo golpeando impunemente la
revolución bolivariana; guerra con todas las connotaciones de esta calamidad
humana, guerra que debe hacerse, valga la paradoja, dentro de la legalidad
establecida, a no ser que se quiera dejar lastre para ser juzgado por la
historia. De todo esto, la necesidad de
discusión en todas las instancias, en las que crean las tácticas y los
instrumentos, para hacerlos eficaces sin destruir la esencia del Humanismo, y
en las que tienen la necesidad de comprender el fenómeno en su totalidad, para
que la reacción ante hechos como el que nos golpea hoy se convierta en apoyo
útil, en el apoyo social necesario en todas las guerras.
Jorge,
fuiste víctima de un enemigo implacable, mortal, y tu recuerdo nos ayudará a
derrotarlo.
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