¡Estamos arando! Le dijo una pulga merideña a otra en la cerviz de un buey
Hagan lo que hagan, a tiempo o destiempo, con perspectivas de éxito o de fracaso abismal, son quienes asumieron la carga del trabajo electoral y, por ahora, tienen razón. Los demás, pulguitas que vemos la tierra antes del arañar del arado y que repetimos con entusiasmo “estamos arando”, como lo manifiestan quienes rechazan ofertas de ayuda desinteresada para desfacer entuertos y romper caminos.
Reseño hoy el inicio del trabajo voluntario para el
embellecimiento de Mérida (“porque Mérida se lo merece con amor y lealtad por
la ciudad”) con motivo de la inminente FITVEN 2013. Dos mil funcionarios, la fuerza armada, el
partido y el pueblo organizado iniciaron actividades de adecentar una ciudad
abandonada por un alcalde flojo, incapaz y maquiavélico en el peor sentido de
la palabra. El Parque Glorias Patria fue
el núcleo del inicio de las tareas y allí estuvieron, a la altura de las
circunstancias, el gobernador y María Alejandra Castillo, candidata a reemplazar
a Léster B, alcalde bufón que desgobierna la ciudad.
Pero no hay garabato derecho. Si alguna cosa enerva a los merideños es un
congestionamiento superior al límite que debemos soportar… por culpa de quienes
no han sido capaces de ponerle el cascabel al tráfico. Sin asomo de delicadeza administrativa,
quienes planificaron el acto (sabemos por dónde jumea) interrumpieron
inútilmente el tráfico durante, digamos, una media hora, tiempo suficiente para
formar una cola de punta a punta de la Urdaneta, desde donde brotaban chispas
de indignación y rosarios de puteadas; más, cuando se dieron plena cuenta de
que el cierre fue arbitrario, pues para la cuantía de la asistencia sobraba plaza
y la calle que generalmente se cierra para actividades como esa estaba vacía.
Imaginar la trascendencia política de este acto sin en lugar
de Glorias Patrias se hace desde Santa Catalina, La Pueblita, Chama, Chamita, Conscriptos,
La Joya, El Arenal, Don Perucho u otro lugar de la abandonada periferia
merideña, y los 2.000 funcionarios, escobas, rastrillos, brochas, “guadañas”…
en mano se hubiesen desplegado para adecentar los barrios donde está la única
cantera de votos revolucionarios. Enorme
trascendencia política, labor social eficaz, coherencia revolucionaria y
mayores posibilidades de triunfo electoral en el municipio hubiese sido el
resultado. No estoy seguro de que el mismo efecto se logre con la aplicación de
la hermosa jornada de trabajo voluntario aplicado al asistido centro de la
ciudad que, dicho sea de paso, está quedando bien bonito.
Pero allí vamos, tomado de aquí y de allá, sistematizando
acciones y declaraciones que parecen aisladas, se avanza en la comprensión de
la difícil campaña electoral del municipio Libertador. Nos enteramos (no todos, y allí reside parte
del problema) de que en la guerra contra la basura, que hasta ahora viene
derrotando a alcaldía y gobernación, una acción próxima de esta última
significará el comienzo del final del problema: se incorporarán equipos
modernos de barrido, recolección, y compactación, manejados por una empresa
revolucionaria. Veremos a Léster B.
haciendo maromas para convertir en logro propio el esfuerzo ajeno.
Por retazos se le plantea a la ciudad los mecanismos de la
articulación gobierno nacional, gobierno regional y alcaldía futura para
solucionar el problema del tráfico, una de las pesadillas más graves de los
merideños. Pero falta; falta anunciar el
conjunto de medidas y plantearlas sobre un mapa de la ciudad. Es la manera para que problemas y soluciones terminen
conformando el programa para la administración municipal que permitirá permear
la actitud de rechazo hacia la revolución que se ha conformado en nuestra
ciudad.
Soluciones reales, claramente expuestas, para problemas de
la ciudad pueden afectar y alejar a sectores (votos) que los provocan o que se
benefician con ellos, pero siempre son más los aquejados que esperan posiciones
firmes de María Alejandra. Un ejemplo,
el anuncio de medidas radicales para solucionar el problema del comercio
informal y los generados por el comercio “formal”, fuentes de todo tipo de
arbitrariedades urbanas, restará y aportará votos; aportará más que restará,
pero aún cuando no fuese así, por principio debe plantearse el problema y soluciones
dentro del marco de la Revolución y la prosecución del Socialismo. Más “delicado” consideran la posición frente
a problemas ideológicos más complejos, como el tipo de ferias que promueve la
alcaldía y sus manifestaciones más denigrantes, las corridas de toros. ¿Es ético dejar de plantear los principios
humanistas privativos de la doctrina revolucionaria por el riesgo de perder
votos? ¡Umku! El tema debe ser contemplado en el programa
de gestión, y las alternativas expuestas con claridad.
A la oposición merideña le está tocando la ingrata tarea de
arriar a un bobo, al tontito de PJ que aún sobrevive en su particular
campaña. Se botó con la celebración en
la parroquia más escuálida del municipio del 455 aniversario de la “fundación”
de Mérida (regocijo compartido por una parte de los “revolucionarios” que no
terminan por entender su posición ante la historia) y regala a Mérida
“abrebocas” de lo que será la ciudad, remozando lugares abandonados por su
mentor, el alcalde actual, con recursos cuyo origen debe investigarse. Allí va, con su procesión por dentro,
confiado en la ventaja estadística y en el desprecio de la inteligencia de los
merideños, copiando mecanismos de organización y participación, como los “comandos
familiares”.
Y Léster B. está tan inspirado como Cormetur: cuadrillas municipales
de limpieza y ornato con iguales pretensiones, salvo que, curiosamente, actúan
donde deben hacerlo, la periferia merideña. En un rasgo de inteligencia política, mientras
el gobierno regional le saca la pata del barro en el centro de la ciudad, Léster
B. aplica sus esfuerzos en la periferia desasistida; por ejemplo, los vi actuar
en la Joya e inmediaciones del colegio de los franciscanos en El Arenal.
¡Estamos arando!
Continuamos solicitando el manejo de la totalidad en la campaña
electoral de María Alejandra, la inmediata elaboración de un Programa de
gestión que sea conocido por cada uno de los votantes merideños, el cambio de
estrategia de la acción en el municipio de organismos regionales y nacionales,
de tal manera que se conviertan en apoyo verdadero a la candidatura y permitan recuperar
los votos de los sectores más desasistidos.
A estas alturas de la campaña, nadie puede asegurar con verdaderos
criterios políticos y estadísticos que María Alejandra derrotará al
escualidito… lo que no quiere decir que este objetivo sea imposible. ¡Sigamos arando!
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