En Mérida no faltan pantalones, sino medios comprometidos hasta la coronilla
Es inverosímil que María
Alejandra (y por extensión todos los candidatos y candidatas revolucionarios a
alcaldes en el estado Mérida) tenga que enfrentar una campaña electoral de vida
o muerte sin medios impresos comprometidos hasta la coronilla.
A quienes vienen de otras regiones
del país les sorprende la propensión de los merideños a leer la prensa escrita
local. Se quedan desconcertados frente a
la cantidad de pregoneros en los semáforos y las rumas de periódicos que
venden. Comentan la presencia del periódico
del día en los espacios de cuanto prestador de servicios que visitan. Les admira que la lectura de la prensa
trascienda las clases sociales; que la gente, además de las páginas de sucesos,
de un amarillismo extremo, se adentre en el periódico para leer y comentar
noticias nacionales e internacionales. En
fin, consideran a Mérida como una de las ciudad donde más se consume prensa
escrita.
Es una apreciación correcta,
con sus bemoles. No tienen por qué
conocer la calidad de la prensa consumida, verdadera bazofia, por no decir
mierda impresa, ni la existente diferencia de clases frente a ese consumo: la
oligarquía y los grupos de clase que la satelizan, además de la prensa regional
consumen a mansalva los periódicos nacionales más emblemáticos del
antichavismo, mientras los sectores populares se limitan a la prensa
regional. Hay que decirlo, la prensa
nacional nunca recuperó el nivel de circulación de antes del 2002 y sigue en
mínimos a pesar de la falta de papel higiénico, y la regional, en este momento
esta representado por dos diarios, que abarcan el 90% de la circulación.
¡Cuál más patético! Los lectores son atraídos por un amarillismo
que linda en lo pornográfico, para luego ser envenenados por contenidos
ideologizados, perfectamente coherentes con los intereses de clase y de mafias
que están detrás de esos diarios, uno de los cuales cumplió el pasado 15/10
treinta y cinco años de enfermar impunemente la psiquis de los merideños. Como la realidad del capitalismo criollo, han
vivido de la renta transferida por los gobernantes y, para vergüenza
revolucionaria, en mantenerlos fueron especialmente eficaces los gobernadores
“chavistas” que precedieron al actual… hubo siempre una comunidad de intereses,
con las complicidades derivadas, entre ellos y los dueños de los medios.
A la falta de compromiso con
el pueblo de esos gobernantes, se debe la ausencia de medios impresos que
podamos reconocer como revolucionarios; antes bien, se encargaron de perseguir
con saña las experiencias de medios impresos alternativos, evitando así la
crítica que merecían y el desenmascaramiento de sus perversidades
administrativas, políticas e ideológicas.
Superada la paradoja de
gobernadores elegidos por los revolucionarios y su actuar favorable a la
oligarquía, la buena intención actual de crear medios impresos dirigidos al
pueblo y de alta circulación, no ha cuajado.
Tal vez se deba a un problema de gestión periodística, aunada a la falta
de imbricación con los sectores populares sujetos de una experiencia
comunicacional del tipo. Después de
dejar a salvo la calidad de las experiencias existentes, insisto sobre la
afirmación que hice en el primer párrafo y apuesto al éxito indiscutible que
tendría (tendrá, porque temprano o tarde debe aparecer) un medio revolucionario,
del pueblo y para el pueblo, con un piso institucional firme.
Y no se trata de trasladar las
excelentes experiencias de medios urbanos existentes en las principales
ciudades, eminentemente periodísticas, sino de poner a valer el conocimiento de
la gochitud para establecer las características del periódico del pueblo
merideño. Un medio donde lo periodístico
sea un apoyo y un complemento profesional, dejándole el protagonismo a los
comunicadores populares de los ámbitos de circulación del medio y a los
escritores revolucionarios capaces de despojarse de conceptos periodísticos
preestablecidos.
Un medio político, netamente
comprometido con el gobierno revolucionario y la lucha de los pueblos por su
liberación; doctrinario, reafirmador y propagador de los valores y principios conformadores
del socialismo, donde la discusión teórica sea norma fundamental. Que informe la realidad de la lucha diaria
del pueblo, que refleje en los ámbitos concretos las necesidades y los logros, las
líneas de la acción gubernamental nacional y regional las convocatorias y
llamados a la participación y la acción.
Valiente, como para encarar los errores y hacer las denuncias oportunas,
para enfrentar las desviaciones e inconsistencias; donde la corrupción y la
traición tengan nombre y apellido.
Un medio que acose
permanentemente a la derecha fascista, que no le de cuartel y advierta con
crudeza sobre los riesgos reales de la revancha si logra recuperar el gobierno. Que denuncie con los casos concretos de la
realidad circundante los agentes del golpe económico a que está sometido el
pueblo, los planes desestabilizadores, las guarimbas y el terrorismo. Que alerte sobre situaciones como el
desconocimiento de la voluntad popular y contribuya a organizar al pueblo para
contrarrestar cualquier plan macabro como el del 15 abril.
Este medio debe aparecer en
el plazo real de la urgencia planteada por las elecciones municipales,
ajustando sus características a esta realidad.
Que aparezca en el ámbito de una parroquia crítica y sus consejos
comunales, cada semana desde noviembre.
Sería una magnífica prueba de las posibilidades de un medio de esa
naturaleza, parido en el fragor de una batalla concreta. ¿Qué esperamos? Hay camaradas con deseo y
capacidad para elaborar un proyecto urgente que abra paso a la
experiencia. En las batallas que
vendrán, cada vez más feroces, este medio evolucionado constituirá un arma de
referencia.
Enlace de este artículo en aporrea.org
En Mérida no faltan pantalones, sino medios comprometidos hasta la coronilla
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