JUSTICIERO OPORTUNISTA Y MAJUNCHITO DE POCA MONTA
María Alejandra
se enfrenta en Mérida a Carlos García, candidato seleccionado en las primarias
que realizase la MUD. Si lo comparamos con quienes aspiraban en los
partidos de oposición, tendremos que hilar fino para explicar por qué el bisoño
y traslúcido García fue el seleccionado. Primero Justicia aprovechó la
desmoralización, el desorden, las contradicciones y la falta de recursos de los
partidos de oposición históricos, para colarles su candidato, para imponérselo
en una campaña donde la utilización de recursos fue extremadamente
desproporcionada; todos los invertidos por el resto de partidos de oposición,
sólo constituyeron una reducida fracción de los utilizados por Primero
Justicia, que dispuso hasta para derrochar.
La selección de
García no fue la apoteosis de la oposición. Desde el comienzo, cuando
cayeron en cuenta de que Primero Justicia había jugado con ventajismo, los
partidos lo miraron como un advenedizo, enfoque que se acentuó en la medida en
que la MUD dejó de ser un intento de plataforma unitaria para evidenciarse como
expresión de tendencias y personalidades oportunistas. La selección de
los candidatos a concejales abrió nuevas heridas, e igual que la campaña de las
primarias la hizo Primero Justicia en solitario, en la de las elecciones está
acentuándose esta tendencia; los partidos restantes son compañeritos de ruta o
convidados de piedra.
El señorito
García tiene meses en campaña, con un estilo y limitaciones que no han
convencido ni a sus aliados naturales. ¡Se parece tanto a Coproles!
No obstante, no ceja y se mueve apoyado en tres ejes primordiales: la
descomunal brecha entre los votos de la oposición y la Revolución en el
municipio, el apoyo interesado de Léster, y los ingentes recursos económicos de
que dispone y cuyo origen es oscuro y sospechoso.
La brecha de
votos hace que no haya opositor que no jure que la alcaldía la tienen ganada,
en una actitud que parece más de resignación que de triunfalismo. Y lo
mismo sucede entre sectores revolucionarios, que vienen considerando imposible
remontar la diferencia, cualquiera sea la estrategia aplicada. Es más,
han sido frecuentes los análisis estadísticos para demostrarlo. Este
convencimiento marca el trabajo de García y su equipo de Primero Justicia,
convencidos de que no se necesita dar mucho ni que el candidato sea una
estrella para obtener el triunfo.
Léster B. hubiese
querido ser candidato a alcalde, pero se obnubiló con una gobernación que creía
a mano y se quedó sin el chivo y sin el mecate. El retonto negoció todo
por la candidatura a gobernador, hasta el extremo de jugar a la ubicuidad y
hacer gala del apoyo simultáneo a dos candidatos presidenciales. Sucedió
lo que no previó, y ahora se enfrenta a la necesidad de dejar su caótica
administración municipal en manos que no estén interesadas en hurgar profundo.
De allí su decidido apoyo al coprolito García, a quien desprecia como
"no igual" a su superior narcisismo.
Además, el apoyo su al principito lo convertirá en puntos para su
postulación a diputado, siguiente paso del destino político que se trazó.
Y, por último,
el candidato opositor viene derrochando dinero a manos llenas, recursos con dos
orígenes, los cedidos por Léster y los que deben tener la prosapia corrupta de
los manejados por su inescrupuloso partido. Remiendos que no cuestan tres
lochas realizados y entregados a las comunidades, numerosos regalos dados en
fechas especiales como el día de la madre, día del niño..., pago de numerosos
"voluntarios", dispuestos a cualquier tarea, sobre todo de las
calcadas de la campaña revolucionaria. Veremos un crecimiento exponencial
de esos recursos en la medida en que la campaña avance, sin que a nadie le
preocupe el origen de los dollares.
Los recursos
crecerán exponencialmente, pero su imagen no. Es un candidato gris, con
escasas habilidades de dirigente y que ni muchas ínfulas reivindica.
Lejos, lejísimos, de ser líder de algo. Con igual profesión que
Coproles, pero mejor estudiante, cosa que no es nada difícil superar; con un
posgrado en administración municipal, lo que consideraríamos importante si no
conociésemos dónde se cocinó y quiénes fueron los chefs. Mediocre, muy
mediocre el carajito.
Sobre los
problemas de la ciudad y su solución ha soltado poco, porque reconocerlos sería
repudiar la administración de su mentor Léster B.; no obstante, ha proclamado
su inspiración en las soluciones (¡!) de alcaldes de PJ de municipios
caraqueños, vaina que le resta más que sumarle. Pronto, veremos un
programa con generalidades y soluciones imposibles, como el de enfrentar el
tráfico con la construcción de nuevas vías en la meseta, perla que soltó
recientemente. En fin, el hijo de papá en la alcaldía garantizaría que
todo siga igual: ineficacia extrema, uso político de la alcaldía, convertida en
eje de la reacción y el fascismo guarimbero golpista, saboteo a los programas
revolucionarios…
Los dos últimos artículos fueron publicados en aporrea en uno; el enlace es el siguiente:
Podría dedicarme a la crítica fácil… pero aportar a mi realida inmediata produce más cagajón
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