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jueves, 13 de agosto de 2015

Feliz cumpleaños, Fidel - ¿Crisis?... ¡La que viene!




FELIZ CUMPLEAÑOS, FIDEL
Naciste para inflamar la historia trágica de los pueblos del mundo y permaneces trazando caminos.  Vivirás por siempre. 







A quienes lean el escrito que sigue, la recomendación sincera de acudir a FIDEL.  Muy escasos intelectuales en la actualidad (Chomsky, entre los pocos) han tenido la capacidad para entender los intríngulis del funcionamiento del capitalismo actual y la claridad para exponerlos; eso lo convierte en fuente indispensable de quienes lo necesitamos para sobrevivir. 


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¿ C R I S I S ?...   ¡ L A   Q U E   V I E N E !



Perdura lo que un pueblo defiende
Fidel
¿Crisis? ¿Cuál crisis? Crisis la que puede venir... o la que viene, según los menos optimistas.  La crisis que tenemos: desabastecimiento de bienes del primario y secundario, estado de malestar generalizado con brotes de descontento, disminución del nivel de vida de las clases asalariadas, agravamiento mediático en función de los propósitos de recuperación de los espacios de poder que perdieron o se compiten a las clases dominantes…  La que puede sobrevenir: escasez que lleve al hambre y a la imposibilidad de satisfacer otras necesidades básicas, brotes de violencia exponencial, caos social, pérdida del poder político a manos de sectores “estabilizadores” hasta cuando las clases dominantes puedan asumirlo por cuenta y riesgo.
En la crisis desencadenada en 1929, países latinoamericanos vieron caer estrepitosamente sus exportaciones, reduciéndose de la noche a la mañana sus ingresos de divisas hasta en un 75 %, y entre el 29 y el 33, duración de ese declive, los gobiernos se derrumbaron como castillos de naipes.  En esa oportunidad disminuyó el precio del principal rubro de exportación venezolano, pero no en la proporción a como lo hicieron otros bienes, y fue el único gobierno que sobrevivió a la crisis (matices de las razones de la permanencia del gomecismo en el poder, no vienen al caso para lo que queremos plantear en este escrito).  En el caso actual, la disminución de las divisas percibidas por el gobierno venezolano ha sido superior al 50 %, y la reacción normal sería su implosión.  No ha sido así, y tras un muñequeo económico no siempre eficaz en una sociedad con un nivel político ideológico superior,  le ha permitido sobrevivir a pesar del impacto del debilitamiento extremo del sector exportador.
La formación económico social venezolana sigue siendo capitalista, así se haya forzado la introducción de modos de producción no capitalistas, y en la ideología se haya colado elementos doctrinarios de carácter distinto, socialistas o cercanos.  Lo distinto, son sólo excelentes deseos.  Ya nuestro capitalismo era sui generis y ahora lo es más; por esa rareza, no han aparecido las soluciones auto reparadoras que genera la crisis para recomponer el sistema, ni los planteamientos teóricos que sirven de pasamanos a esos cambios.  Nuestro capitalismo pivota sobre la renta petrolera y de ahí que nada de sustitución de importaciones ni de racionalización del sector agrícola, sino sólo de presiones extremas para mantener los canales de apropiación de la renta por parte de las clases dominantes, disfrazadas de burguesía[1].   En el pasado inmediato las cosas parecían ir por camino distinto; la disposición de divisas llevó a Chávez a tratar de saldar la deuda social acumulada en toda una historia de exclusión y explotación, redistribución de la renta que se hizo sin afectar en demasía a quienes la habían usufructuado históricamente, pero sin terminar de establecer sólidamente los cambios de mentalidad necesarios para que fuese considerada un acicate para la transformación, y no sólo el resarcimiento sin compromiso de una deuda y la conformidad ante una situación ambiental.
La actual situación interna, río revuelto donde pesca las clases dominantes, es producto de las radicales maniobras externas de resguardo de un sistema que está haciendo agua por cientos de agujeros en su casco, hasta el punto de ser diagnosticado como agonizante.  La actual modalidad de crecimiento desigual, en cumplimiento de la ley que en última instancia rige al capital, la obtención de la máxima ganancia, terminó por afectar sensiblemente el bienestar de las poblaciones logrado por un capitalismo que crecía sobre realidades diferentes.  Pero la crisis actual no es del capital, que se reacomoda y busca soluciones para la conservación de su lógica (las últimas medidas financieras chinas, son un ejemplo), sino de los pobladores, de los humanos, sobre todo de los asentados sobre las fuentes de riqueza sobrevivientes a la depredación de doscientos cincuenta años de capitalismo.  Como la solución interplanetaria para la obtención de energía, agua y materiales “estratégicos” está tan en pañales, las fuentes realmente existentes en la tierra deben ser tomadas a como haya lugar, incluso si esto significa una hecatombe nuclear.  Venezuela está en el mero centro de esa terrorista estrategia capitalista, pues los venezolanos estamos parados sobre todos lo que el capitalismo necesita para recuperar su esplendor.  Las reservas petroleras, las más altas del mundo, que tanto le costó a Chávez “certificar”, camufladas hasta el momento por cómplices de los más grandes intereses internacionales, están bajo el ojo de quienes tienen diseñada desde hace medio siglo una estrategia energética, que van cumpliendo, perfeccionándola permanentemente al incorporar nuevas variantes tecnológicas.
¿Nos desbarrancaremos?  Depende de montarnos o no sobre la línea que Chávez demarcó y que ancló en lo posible.  Reforzar el caparazón defensivo, de manera de incidir en las medidas necesarias para sobrellevar las limitaciones: el comercio exterior ya debía estar nacionalizado, y la producción y distribución de bienes también, o cedidas a quienes privilegien el trabajo y la solidaridad al capital; la formación política y doctrinaria retomadas y el poder colocado en organizaciones populares remozadas.  ¿Qué se profundizaría la división y podría generarse situaciones de fuerza?  Pues no hacerlo sólo aplazaría ese destino, y contaríamos con menos fuerza para enfrentarlo.  Mientras tanto, atrapados como estamos en la lógica de las elecciones burguesas, empeñémonos en mantener el gobierno ganando las elecciones, para tener oportunidad de insurreccionarnos por utopías repotenciadas.  De lo contrario, las soluciones históricas de aplastamiento de rebeldes acaecidas en Indonesia, Chile, Argentina… serán ejemplos tibios, ante lo que sucedería por aplicación de "correctivos" a un pueblo parcialmente advertido y dispuesto, con mayor conocimiento de la historia y mucho más levantisco. 


[1] Llevo tres entregas de un escrito donde se niega desde la historia el carácter de burguesía de la que dice serlo en la estructura de clases venezolana, que en algún momento continuaré y recopilaré.


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lunes, 10 de agosto de 2015

 

CCPA del PSUV-Mérida,

lloviendo sobre mojado

 

Muy lejos de querer teóricos de la comunicación, propaganda y agitación, con un bagaje de conocimientos que los acredite como tales, convencido como estoy de que la necesidad es de militantes con imaginación y sentido histórico, e ideas para compartir entre iguales, de manera de estructurar en equipo generadores de opinión social –GENOS­– para ocupar el mayor espacio posible en la línea espacio-tiempo político del estado Mérida, usando para ello los instrumentos más eficaces.  En la afirmación anterior, “militantes” supone un dominio doctrinario amplio, sumado a la pasión de trabajar en la construcción de la sociedad socialista, independientemente de retribuciones o contrapartidas.
Es esta una explicación ante una mención de “academicismo” lanzada al aire por ahí.  No obstante, el conocimiento no estorba ni ocupa espacio, y si no es castrador y permite las condiciones expuestas, bienvenido sea.  No deja de apasionar el cambio de la percepción de la imagen (y el mensaje adosado) que se dio en el Renacimiento, en contraste con la del Románico y Gótico, y la que se ha dado desde entonces hasta el videoclip y los hologramas, que incluso ha producido cambios neurofisiológicos en los individuos.  No está de más conocer la estética, significación e influencia del cartel de los inicios de su uso masivo, durante la Primera Guerra Mundial, y su evolución hasta la actualidad.  En el caso venezolano, es fino saber sobre el corte que significó el afiche “Por mí, vota verde” , de la campaña de Caldera de 1963, que todos creyeron criollito y era sin embargo un diseño de un país nórdico; y más, el impacto del merideño “Los pobres de Copei no tienen candidato”, de la campaña de 1968.  Saber sobre la evolución de los medios y su influencia en cada período de predominio, hasta la sobreinformación e invasión total de los espacios a que estamos sometidos por la combinación de medios que tiene por centro la Red.  Son temas sueltos de contenidos teóricos de la comunicación, sin entrar a considerar el desfile necesario de especialistas y sus aportes a la disciplina.
No se trata entonces de querer sabios en la Comisión que demostradamente no da leche, y que sin embargo es mimada con complacencia; se trata de solicitar su reestructuración radical, no por el cambio en sí, sino por su inutilidad para responder eficazmente a la realidad comunicacional de Mérida, en función de la permanencia en el gobierno y el avance sobre las posiciones de los enemigos del proceso revolucionario. 

NB: Este escrito es corolario del anterior, ubicado, AQUI ABAJO, inmediatamente después, con fecha de ayer.


ENLACE de este escrito en La Colmena
http://pedrogrima.blogspot.com/2015/08/ccpa-del-psuv-merida-lloviendo-sobre.html 

 

domingo, 9 de agosto de 2015

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CCPA del PSUV-Mérida,

realidad virtual, espejismos y fuegos fatuos.




Si en algo no encuentro ni ápice de satisfacción es en ser aciago respecto a la visión política extendida entre quienes están en los gobiernos regional y nacional.  No es una actitud sistemática, y sólo la he tenido en situaciones catastróficas.  Tampoco la uso para propagar desánimo, pues me las arreglo para parecer optimista como todos, a pesar de doblar las campanas en el cortejo.  En el análisis combino el amor por el socialismo, la lejanía física del poder, la interacción con diversos sectores de la sociedad, la capacidad de observación y de sacar conclusiones, y sobre todo, la comparación con situaciones semejantes en la historia que domino como profesión.  Repito, percepciones malas las sufro y llegan a acongojarme.
Existen desventajas definitivas, las hay reversibles; pero estas no lo son por azar benevolente , sino por trabajo político bien aplicado.  Y es que desde la visión optimista se diseña modalidades de trabajo que no cambian realidades no percibidas, que se aplican a un ritmo diseñado para situaciones óptimas y buenas, sin capacidad para influir en las malas y pésimas.  Es decir, se homogeniza la acción y la aplicación, sea cual fuere la realidad.
Otra variable que quiero traer al cuento, es la práctica política de delegar incondicionalmente responsabilidades en individuos absolutamente incapaces para enfrentarlas, quizá porque son extraordinarios en otras dimensiones de la vida, quizá porque den contraprestaciones a quienes los designan, en esa experiencia de endogamia del poder que signa a grupos hegemónicos.  Investidos con compromisos que les quedan grandes, sin obligación de dar cuentas y sin exigencias de que lo hagan, vegetan y eternizan los problemas.  Pasa en Mérida en uno de los sectores más estratégicos de la acción política, la Comisión de Comunicación, Propaganda y Agitación del PSUV.
Cuando una vaca come más que el valor de la leche que produce, los campesinos la destinan al matadero, y adquieren una ternera; pero en la política regional, no sólo conservan una CCPA –o como les guste llamarse–  que no da leche, sino que le hacen pesebrera nueva y se tapan los oídos ante la crítica sin interés personal de por medio.  Esta es una afirmación que he sostenido y mantengo, mientras no observe una acción inteligente, reflejo de un conocimiento mínimo de la teoría de la comunicación, la propaganda y la agitación, mientras la acción se limite al cumplimiento mediocre de las campañas nacionales, y se ignore totalmente la realidad merideña y las coyunturas no atendidas por nadie; mientras se resuelva las contingencias, si es que se ocupan de ellas, con instrumentos tradicionales, romos y faltos de imaginación.
No tengo auditorio donde gritar con más estruendo esta realidad merideña.  Lo he conversado con amigos que están más cerca del poder, y hasta con quienes lo rozan o tienen que ver.  Ante los ejemplos y las acciones inexistentes, he tenido una comprensión unánime, pero un eco nulo.  Continuaré sin tregua.



 
Con la parquedad necesaria para no darle armas al enemigo, expondré algunas situaciones normales en Mérida que denotan ausencia de idoneidad de la CCPA del PSUV:
  • ·      Necesaria es la algarabía política, y es buena aún para ocultar debilidades, pero cuando un esfuerzo de movilización se consume en su realización, en su explosión, y no trasciende, es porque los mecanismos de difusión están oxidados o no existen.  Así nacen y mueren esfuerzos políticos meritorios, a veces medio prolongados por canales débiles y que actúan a destiempo.
  • ·      El enemigo ataca con consignas ácidas y corrosivas, y la presencia de ellas, su poder de desgastar, se eterniza por falta del contraataque necesario.
  • ·      Un acontecimiento político se convierte en victoria aplastante de la Revolución y se va apagando prematuramente por falta de acciones que lo catapulten a la conciencia política local.
  • ·      El enemigo muestra un flanco débil, exhibe una tronera lógica que puede ser explotada hasta el cansancio, pero no sucede así, sino que se permite que se reponga y mejore su imagen.
  • ·      Las organizaciones sociales y del poder popular aprestan voluntarios para participar en actividades de competencia de la Comisión que criticamos, y jamás son contactados, instruidos ni puestos a trabajar, con la frustración y desmovilización que eso significa.
  • ·      En los medios de comunicación impresos, y audiovisuales controlados por el gobierno, no se da ningún esfuerzo para que reflejen las verdaderas necesidades de CPA.
  • ·      En algún recoveco de alguna parte se amontonan planillas, censos, listas… exigidas en anteriores campañas, y no se revisan ni se actualizan, salvo que lo ordenen de más allá, y se repita mal el esfuerzo.
  • ·      Una golondrina “oficial” se pasea por las redes sociales llevando noticias, informes, convocatorias, alertas… pero una golondrina no hace verano.  Otras, adueñadas de nombres institucionales, vienen y van, no son responsables, no dan cuenta a nadie, y frustran quejas, inconformidades, necesidades de comunicación hacia arriba.
  • ·      Miles de usuarios navegan sin brújula haciendo lo que pueden y creyendo que más allá de las redes no hay realidad, y no hay quien los aglutinen, coloquen en función de objetivos necesarios, les den poder.
Me detengo, porque no será la última que denuncie esta gran carencia regional, que se agrava según como pinta las próximas elecciones.  ¡Salud, amigos! 

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jueves, 6 de agosto de 2015




Cuando el análisis político se hace en el solar de la casa, recurrimos con frecuencia a la letrina

Durante toda la pasada campaña electoral para gobernadores, me colgué con furia contra la alternativa Porras, que por momentos puso en peligro el triunfo del candidato de Chávez y amenazaba con la entrega de la gobernación a la derecha, representada por uno de sus miembros más recalcitrantes, Lester Rodríguez; es decir, no estaba gastando pólvora en zamuros.  Utilicé las armas de que disponía: numerosos artículos en aporrea y en este blog, participación en reuniones comunales, radio bemba…  Realmente no lo hice contra Florencio Porras, intruso aupado por intereses económicos regionales que lo rodearon con beneficio mutuo durante su estadía como gobernador, inconsistente ideológicamente, con el mérito muy bien cobrado de capitán del ejército que acompañó a Chávez en su estrategia militar de antes de 1998.  Lo hice contra Redes y, sobre todo, contra el PCV, partido que le sirvió de yacija al candidato, obligados como estaban al análisis político profundo, a la visión global de la política, al sentido de las coyunturas y su influencia en la determinación del futuro.  Les di con todo, por la historia gloriosa y su uso para la historia bochornosa; por la falta de democracia interna y la eternización de los cargos, que engendra decisiones de casi nadie contra muchos; por la pérdida del monopolio doctrinal y su recuperación por otros sectores revolucionarios del pueblo, por todos los flancos de inconsistencia… eso sí, evite ofensas cercanas a personas.  Me gané críticas ácidas (lo que es igual no es trampa) y enemistades, de las que algunas se mantienen.


Así, durante todo el desarrollo de la campaña, que observaba con atención.  En un momento determinado, me convencí de que habían dejado de ser peligro (hice un cálculo muy aproximado del porcentaje de votos que le restarían a Alexis –está escrito), pero no cejé y mantuve mi posición hasta el día siguiente del triunfo de Alexis.  Era una campaña en solitario, a pesar de mi clamor por ayuda para coordinar esfuerzos y asegurar difusión más amplia, pero la sordera del PSUV de Mérida es otra historia.  ¿Ayude en algo? Quizá sí, quizá no, pero lo asumí como mi obligación de militante comunista –que no de partido– como convencido de la estrategia de Chávez para la construcción del socialismo.  Es más, como se trata de la única y limitada manera que tengo de participar en el proceso, lo haré cuantas veces haga falta, y eso vengo a explicar hoy.
 

Estamos a vísperas de elecciones, las más trascendentales de toda la historia electoral chavista.  De estas depende la validez del gobierno –la gobernabilidad que llaman–, la vigencia de la oposición y la contención de las acciones de los gobiernos extranjeros que necesitan poner fin a la experiencia política venezolana.  Perderlas sería más que un descalabro estadístico transitorio; significaría enfrentar referendos revocatorios donde se demostró debilidad, se daría la exacerbación de las prácticas violentas de la oposición, del cerco mediático, diplomático y económico de la contrarrevolución internacional.  Es un resumen de un tema que es necesario abordar pronto, pero del que ya disponemos de suficientes elementos de análisis como para considerarlo la encrucijada de la historia política venezolana.  Tullido político quien no lo entienda así, y obre sin considerar la posible hecatombe. 
Y es que ya empezó a humear, y si seguimos el humo, llegaremos al alambique clandestino.  Hasta este momento, a la marea se le ha ido la cagada en peos (con la venia de mi Nona Julia) y más que amenaza, está construyendo un modelo de comportamiento político de librito, ególatra y muy bien llevado mediáticamente.  Como historiador me parece delicioso hurgar en el desarrollo del portal de aporrea (cuartel de los mareados) desde su fundación, la evolución natural y la torsión muñequeada para los propósitos que estamos observando.  Para suerte y lógica, su fuerza no es la que proclaman, sus alianzas locales son débiles y hasta con cascarones vacíos y, salvo en escasas circunscripciones electorales, ni se sentirán.  Como pueden presentir, esto fue sólo un abrebocas, y lloverá recio en el futuro cercano.  Hasta pronto mi amigos, y les digo que me encanta ampliar aspectos de mis escritos a solicitud. 




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lunes, 3 de agosto de 2015



 

 

 

 

 

 

 

 

Bachaqueros con uniforme anaranjado-guantánamo




Jodido meterse a juanbautista, porque siempre habrá salomés que pidan tu cabeza, pero más jodido perder la coherencia muñequeando excepciones según conveniencias.  Prefiero comportarme como juanbaustista.       
La Constitución que nos dimos de la mano de Chávez está entre las más avanzadas del mundo, casi entre las excepcionales, y el conocimiento y manejo de los ciudadanos de esta Ley fundamental no tiene parangón.  No puede decirse lo mismo de todo el aparato legal, pues subsisten leyes, códigos y ordenanzas anclados en el pasado, desfasadas, pero, por fortuna, adefesios legales como la Ley de vagos y maleantes, desaparecieron para siempre.  El “hilo” constitucional ha normado nuestra vida de ciudadanos y nos ha salvado de catastróficos retrocesos; tanto así, que el poder del pueblo armado con su Constitución ha logrado una aceptación general de su validez, aún entre quienes la cambiarían de un plumazo de tener oportunidad.  Por tanto, el peor negocio que puede hacer gobierno y revolucionarios sería saltársela a la torera, aún ante urgencias sociales sobrevenidas.
Muy cierto también que la pata coja del Estado venezolano es el Poder Judicial; tanto, que su inoperancia ha logrado poner en peligro los valores superiores y debilitar sensiblemente los derechos constitucionales.  Toda su estructura, pero sobre todo en los tramos más cercanos a la aplicación diaria de la justicia, están corroídos por la corrupción metastásica, y eso vulnera los derechos de todos. 
Por otra parte, en la legalidad venezolana no existe la pena de muerte y dejaron de existir mucho ha los castigos denigrantes.  Lejos, muy lejos, el uso de presos engrillados para la construcción de carreteras, situación que existió pero que fue magnificada por la historia interesada en sacarle provecho.  Cerca, muy cerca, el ejemplo norteamericano de uso de uniformes anaranjados para escarnecer prisioneros tomados fuera de toda legalidad terrenal.  Poco, muy poco revolucionario, recurrir al expediente de los trabajos públicos y a los uniformes anaranjados, a no ser que en los municipios donde se está aplicando a los bachaqueros, existan ordenanzas que lo contemple y que se haya agotado los extremos legales previstos, no vaya a ser que caiga un inocente por bachaquero, distorsión también muy frecuente.
De las pocas que acierta la CCPA
¿Qué los bachaqueros merecen eso y más?  Desde luego, mis amigos, pero “eso” no está contemplado en el ordenamiento legal, donde existen procedimientos y puniciones para ese crimen de lesa patria.  Pero la pereza legal prevalece y la impunidad sigue siendo la madre de todos los comportamientos criminales presentes en nuestra sociedad. 

Ahora bien, ¿cómo nos veríamos de traje anaranjado?  Yo, que vivo parándole la caña y descalificando con rudeza a mi alcalducho inservible; mi vecino que protesta por el hedor de la basura que se amontona a la vera de su vivienda, mi amigo que no ha comprado la “patente” de su vehículo y los muchos que no han pagado el "derecho de frente"…  porque, establecido el precedente en la “legalidad” de los municipios socialistas, el expediente del uniforme anaranjado y los trabajos públicos sin contraprestación económica puede ser aplicado como retaliación en municipios opositores que se apresten a violar, entre otros, el 49.4 de la Constitución. 
Hay muchos otros senderos discursivos para decir que no está bien que se exponga al escarnio público a alguien por algo, ni que se le deje actuar impunemente, pero hoy lo dejo aquí, después de meterme bajo un paraguas anaranjado para que caiga sobre él la lluvia de acusaciones (contrarrevolucionario, escuálido, pendejo,  llévatelos pa´tu casa y mímalos...) que puedan arrojarme.




ADENDA

La foto superior de esta entrada, la del bachaco, merece una explicación, que bien puede considerarse  moraleja:
Fue una pelea entre bachacos que en parte presencié, pues mientras busqué la cámara se resolvió en favor del que parece triunfador; parece, porque no fue así, ya que el derrotado, sin abdomen, murió asido a una antena de su verdugo, que por mucho esfuerzo que hizo no logró separar las mandíbulas del bachaco muerto que lo aprisionaban.  Esto, conjeturo, supuso la muerte del vencedor a muy corto plazo, por lo que de triunfo, nada.

COLA, que no coda


Orlando Padron Creo que hay una solución salomónica a este dilema tomándolo por los cuernos, parecida a la de cortar al niño en dos y darle la mitad a cada madre.... yo digo que los derechos humanos de los bachacos terminan donde comienzan mis derechos humanos, y ya han pasado la raya mas allá de lo soportable desde hace muuucho rato... verdugo no puede pedir clemencia porque hasta podrían ser considerados potenciales homicidas en primer grado por dejar morir de hambre a Venezuela solo por acumular unos cuantos Bolívares fuerte.
Fermin Osorio Ni una mención a los derechos humanos de nadie en mi escrito; tampoco sobre la impunidad de los criminales, SÍ, sobre reflexionar antes de contestar. El ordenamiento legal venezolano dispone de suficientes leyes para combatir a los bachaqueros, último eslabón de los delincuentes que conforman el ejército enemigo de la guerra económica declarada contra NUESTRO gobierno; y de faltar leyes, allí está la posibilidad real de que habilitante en mano se resuelva esa insuficiencia. El trasfondo de mi escrito es el mantener a como de lugar la institucionalidad, porque de no hacerlo estamos abriendo el camino para que nos traten de la misma manera. Lo dije al final, hay muchos caminos discursivos para exponer ese problema; me faltó decir que hay otros tantos caminos TEÓRICO-DOCTRINARIOS para hacerlo.
Orlando Padron Entendí que al exponerlos al escarnio publico se violan sus derechos humanos
Fermin Osorio Dije que "en la legalidad venezolana ... dejaron de existir mucho ha los castigos denigrantes", de donde se deduce, que quien los aplique está incurriendo en ilegalidad, además de exponernos a retaliaciones al establecer precedentes. Abogo por el CASTIGO EJEMPLAR a todos los delincuentes económicos, desde los banqueros prófugos, la seudoburguesía rentistica, los comerciantes especuladores y los bachaqueros, pasando por los funcionarios que otorgaron dólares sin control y los que permiten el bachaqueo y la exportación de lo bachaqueado.


OTROSÍ

 

Alguien me escribió para solicitarme que aclarara lo del “…el uso de presos engrillados para la construcción de carreteras, situación que existió pero que fue magnificada por la historia interesada en sacarle provecho.”, y lo haré brevemente.
El ferrocarril, la solución de comunicación interna e integración territorial de países americanos desde el último tercio del siglo XIX, apenas tuvo importancia en Venezuela, que arribó al siglo XX sin vías de comunicación expeditas.  Se optó entonces por las carreteras, cuya construcción tuvo un auge considerable durante la segunda y tercera décadas del siglo XX; por ejemplo, hace 90 años recién cumplidos (24 de julio de 1825) se inauguró la Carretera Trasandina que permitió comunicar a Caracas con San Antonio del Táchira.

La tecnología utilizada en la construcción de esas vías de comunicación fue muy elemental, fundamentándose en la utilización de explosivos y el uso masivo de mano de obra; es decir, se construyeron “a pico y pala” como se dijo en su momento.  Entre la mano de obra responsable de la construcción de las carreteras participaron presos políticos del gobierno de Gómez, que eran mantenidos engrillados, trabajando por ello en muy duras condiciones.  Fue así, pero los presos no fueron lo determinante en la construcción de las carreteras, a pesar de que su participación se exageró a la hora de la condena global del régimen tiránico y el reparto de méritos entre los opositores.  Esta tesis sería insubstancial si no fuese porque solapa el más importante desafuero cometido en la construcción de esas vías, la participación obligada de los campesinos habitantes de las cercanías (en ocasiones no tan próximos) del trazado de la vía, que debían acudir a trabajar sin remuneración alguna y en jornadas agotadoras.  Fue la mano de obra campesina coaccionada la verdadera responsable de las carreteras gomecistas; presos –políticos y comunes– y mano de obra especializada remunerada fue poca en comparación, y el reconocimiento histórico al esfuerzo de los campesinos jamás se ha hecho.
 

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