¡Si la Virgen fuera andina...! |
Se encendió la Navidad en Mérida, pero pasé por Los Curos y
ni un portal o luz navideña; tampoco en la Loma de Los Maitines ni en ninguna
de las zonas populares de… ¿Mérida?
¿Será que no pertenecen a Mérida?
¿Qué Mérida se limita a las zonas privilegiadas de la terraza
central? ¿A quiénes debemos alegrarle la
Navidad los socialistas? o, ¿con quiénes
debemos alegrarnos?
¿Es esto una crítica a la acción gubernamental real? ¡No!, sencillamente es un reclamo al
tratamiento diferenciado que, considerando todas las áreas donde se aplica, va
a costar muchos votos. Si nos
proponemos, hasta justificarla pudiésemos, pero tendríamos que echar mano del perverso
concepto de turismo heredado y no sometido a crítica ni revisión; o a prácticas
sostenidas por todos los gobiernos regionales y municipales, como si el cambio radical
no fuese un concepto básico del andar hacia el Socialismo. Por todo lo demás, aclaré que esta serie de artículos sólo será publicada en este blog, a donde sólo acuden revolucionarios con criterio.
Bien se puede enmendar en algo el agravio diferenciado para
con los barrios, y a partir del 15 de diciembre, cuando comiencen las "misas de
aguinaldo", encender la Navidad en todos los barrios merideños: conjuntos de
música y teatro popular en los espacios públicos (adecuarlos o construirlos,
porque, inaudito, hay comunidades donde están abandonados o no existen),
intercambiar espectáculos, realizar concursos, darle énfasis a las actividades
para niños y niñas.
Y en esta época de pérdida por suplantación, las tradiciones
deben rescatarse y fortalecerse. Los
migrantes del campo pudieron olvidar traer en su escaso equipaje atributos
culturales que tenían siglos aportándoles identidad, o si los trajeron consigo
fueron disipados por el modo de producción ciudadano o solapados por prácticas
locales de donde fueron excluidos.
Resultado, empobrecimiento cultural lamentable.
Predominio de ojos azules... |
Y mientras tanto, la penetración cultural galopando: la
toma de remotas trincheras por jalogüines y espíritus navideños, por santas y nieve artificial, acogotan la riqueza cultural conformada durante
siglos, y promueven la identificación de alegría con consumo y el consecuente desencanto, y atenúan la resistencia ante otras vertientes de la invasión imperialista.
María Alejandra, prométenos que celebrarás las navidades con el pueblo-pueblo.
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