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martes, 24 de febrero de 2015

 

TAM QUERIDA... Y TAN MALTRATADA TATUY-TV






En eso de titular, soy regular p´al tiempo.  Antes que ese juego de palabras,  este escrito  tendría que haberse llamado “la actitud del gobierno ante los medios.  Y que no me respondan con pajudeces sacadas del sobaco… para decirlo como el mal hablado de mi tío Lucas Evangelista.” 
Esta es la sopotocienta vez que tecleo (forma moderna de garabatear) sobre la ignorancia supina del verdadero papel de los medios en una sociedad que, pasito adelante, pasito atrás, parece encaminarse hacia el socialismo.  ¡Y ni enterados los destinatarios!... actitud lógica, porque la dimensión del gobierno, la cuarta o quinta, según el teórico de la ciencia ficción que se consulte, está separada de la dimensión de los seres comunes y corrientes por una telaraña que actúa como filtro protector, e impide el paso de los aspectos del sonido que tienen que ver con recordatorios, crítica y mentadas de madre; tan eficaz es la malla, que ni siquiera Pepe Grillo puede traspasarla.  Esto, de abajo pa´rriba; porque de arriba  pa´bajo la red fabulosa deja pasar arengas, peroratas, grandes ideas y hasta salpicaduras de saliva.
Como consuelo de tontos (por eso de mal de muchos) puedo afirmar que ningún medio de los creados durante los tres lustros de revolución bolivariana es mejor que cuando nació.  Más temprano que tarde sufren un proceso de estagnación doctrinaria y hasta gráfica; los digitales, por mi mejor conocidos, desaparecen servicios, columnas, periodistas,  se blindan ante la opinión externa, se enrollan como un ciempiés atacado; regurgitan mucho, tragan poco. ¿Qué esperar entonces de los nonatos o de los malogrados?
En mi ciclo vital he sido testigo de la vigencia de leyes, que más que eso son adefesios legales.  De las que recuerdo, una fue derogada, la de vagos y  maleantes, pero otra, la de periodismo, sigue  contraviniendo la libertad de expresión consagrada en la mamacita de todas las leyes.  Por eso, cuando aparecen fenómenos paranormales en el área de la comunicación, no hay nada más fácil que pensar que es un gatuperio de periodistas, y eso me hizo tomar determinaciones.
Atónito y anonadado por la incapacidad manifiesta de crear y mantener un medio revolucionario (ojo,  r e v o l u c i o n a r i o ,  no oficial) en el estado Mérida, a pesar de magníficas intenciones y globos de ensayo, decidí estudiar comunicación social para enterarme de qué capan a los comunicadores durante la carrera para que, graduados, resuelvan poco y embrollen mucho.  Muy lejos del título, aún no me he enterado, pero allí voy, claridoso y echando la verdad por delante, como nos recomendaba actuar el Gran Líder.
Hasta ahora me había limitado a los medios escritos, y a sacar cuentas de cuántos periódicos de barrio y pueblo se podrían hacer con el dadivoso financiamiento a los pornográficos y fascistas periódicos merideños.  Alegría de tísico, cuando anunciaron las buenas intenciones (de esas que usan para empedrar el camino al infierno, es decir, la revancha de la burguesía) que volcaron sobre Mérida Ciudad.  Y como terrible realidad,  sufrimos el cómo se acercan las elecciones más cruciales de las habidas, sin haber afinado un medio capaz de contrarrestar la mentira mediática y la desinformación.
Pero con TATUY-TV el colmo se atiborró.   El caso sobrepasa la intervención política regional, que tendría que haber aparecido tempranamente como producto de entender, no que una televisora en las manos adecuadas es un arma, sino el calibre de esa arma.  Lo sobrepasa, porque directamente responsable del apagón de TATUY-TV es el organismo Conatel, cuya mayor parte de vida ha ido del tumbo al tambo, caminando como Chencha; lo sobrepasa, pero bien se pudo resolver en la región porque hay con qué.
¿Cuánto se chupa la TAM del presupuesto del estado Mérida?  ¿Cómo se beneficia el pueblo merideño con los programas gubernamentales en una televisora que no se ve ni en el palacio arzobispal, o que quienes la ven son impermeables a cualquier lógica política, porque lo que buscan en ese medio es alimento para su desquiciamiento vital, que el medio les prodiga de sobra?  Financiar a TAM, Pico Bolívar, Frontera y una sarta de emisoras mediocres, es un auto suicidio, como bien dijese la mapanare de Rubio. 

  

¿Cuánto tiempo más estará colgando TATUY-TV?  Es una pregunta mal intencionada para Alexis y Conatel.

Y una vez superado el problema.... PA´LAS CABLERAS, que los merideños no lo merecemos.







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