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lunes, 16 de febrero de 2015








... NO ARRIESGO NADA POR LA  INSTITUCIÓN EJÉRCITO...






escribí el 4 de febrero (“¿Dónde está mi chopo?”, en este blog, entrada de ese día), antes del frustrado intento de unos militares de armar una sampablera para provocar un nivel de caos que propiciara el derrocamiento del gobierno.  No vengo a decir que debí escribir militares y no ejército, ¡no!  En lo que no creo es en la “institución armada”, salvo la reserva temporal que hice con la actual FANB.  Y es que el ejército, “cuadra” la cabeza de sus integrantes, con eso de las jerarquías rígidas y las diversas formas que adquieren el espíritu de cuerpo y la obediencia debida.
Hay una explicación histórica para el hecho de que nuestro ejército no sea oligárquico, como la mayoría de los latinoamericanos, y que, por su origen de clase, fue campo fértil para el mensaje patriota de Chávez.  Pero el Líder no vivió lo suficiente para cambiar fundamentalmente la institución a la que se debió y conocía a la perfección; es más, no tuvo tiempo ni para desestructurar uno de sus componentes, esencialmente minado por la corrupción, sin cura ni remedio, fenómeno irreversible bien conocido por él.  La nueva doctrina militar que guía la razón de ser de la FANB, cabalga sobre la antigua, basadas en el privilegio social obtenido en una de las pocas instituciones que permiten la movilidad social y la identificación con las clases sociales dominantes y su manera de usufructuar el País.
El ejército cambiaba más hacia el exterior que en sus entrañas; nunca dejó de ser bombardeado por el mensaje de las clases dominantes y sus patrones extranjeros, eficaz sobre seres ideologizados, y el grupo de oficiales patriotas, comprometidos con la construcción del socialismo, persuadidos de la unión cívico-militar y la guerra asimétrica para defender nuestros recursos, no podrá detener a mediano plazo los corrosivos efectos de la prédica capitalista.  El respiro que tendremos (ojalá y prolongado) se debe a la existencia de oficiales patriotas y al muy bien implantado sistema de inteligencia.
Los complotados del momento demostraron una necedad lindante con la estupidez total, perfectamente coherente con el comportamiento histórico de la oposición fascista.  Identificados, se les permitió actuar hasta el momento de comenzar a ser un peligro real, actitud sabia por eso de que mientras más tarde, más datos y mejor momento político.  Igual torpeza mostró el entorno político, nacional y extranjero; eso de las “visas exprés” y el documento de la “transición” adelantado en la red , los deja muy mal parados.  Pero eso es anécdota; lo importante es que la “institución” seguirá pariendo oficiales felones, y que ante ejército burgués la única contra es pueblo armado…. De ahí la vigencia de “¿Dónde está mi chopo?”.




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