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domingo, 15 de mayo de 2016



SAN ISIDRO LABRADOR, CONVIERTE AL PUEBLO EN AGRICULTOR

 

La religiosidad popular remite a situaciones terrenas; en cambio, la religión no ha cesado de predicar la resignación aquí y ahora, para ganar un paraíso más allá y después.  Para imponerse sobre otras religiones igualmente válidas, además del terrorismo mental, fue sincretizando sus creencias y ritos, y así el cambio fue menos traumático.  Hoy, ante san Isidro Labrador venerado por agricultores y rodeado de maíz (plantas y mazorcas) y frutos de la tierra, vi realmente la deidad indígena que recibía las ofrendas de los frutos en agradecimiento por la cosecha, que aseguraba la soberanía alimentaria de pueblos suficientes.

Los campesinos andinos creen en san Isidro, y lo festejan; es su patrono, lo sienten como de ellos, agricultor, trabajador.  No les importa la oscuridad de la vida real en el siglo XI de un mozárabe, zahorí (buscador de agua, hacedor de lluvia), agricultor en tierra ajena, también sincretizado y convertido en santo en el siglo XVII, y lo asumen con las características que le imprimieron los misioneros en la colonia. 

Ante emergencias climatológicas se le invocaba.  Para que terminaran largas sequías cuando no se sabía nada del Niño, recibía rogativas, serie de procesiones invocando el agua al santo zahorí.  Pero también servía para que la lluvia exagerada cesara; es decir, el asunto era que proporcionara el clima idóneo para el ciclo agrícola.  Un santo útil, sin duda. 

En este momento la necesidad de la intervención de san Isidro es urgente.  Tiene que convertirse en el santo de volver a la tierra, de aplacar el Niño, de combatir las prácticas agrícolas nocivas y las relaciones de trabajo injustas.  Y hablo en serio; sencillamente soy intérprete de la religiosidad popular y de la necesidad de reconvertir al santo para las necesidades de la tierra aquí y ahora.  ¡Que viva san Isidro Labrador!





 SAN ISIDRO  -  SAN JACINTO










 SAN ISIDRO - TABAY

















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domingo, 1 de mayo de 2016


 

Primero de mayo de 2016... con la historia a las costillas

 

Vuelvo de la marcha que recorrió calles de Mérida, comienzo a seleccionar las fotos que publicaré en las redes sociales, y en la tarea, la incertidumbre vuelve a abrirse paso en mi cerebro de historiador… y  surgió este escrito breve que no puedo evitar, coherente con lo que cada día expreso al observar la levedad del pensamiento revolucionario que acompaña a quienes nos dirigen.

Sin ambages pregunto si será el último primero de mayo del intento de construir una sociedad socialista, para vivir el próximo como un combate más de la protesta inútil contra el retroceso de la historia que nos amenaza.  Con esta correlación de fuerzas, el eje de funcionamiento de la clase obrera, la LOTTT, se volvió una ventana de vidrio en medio de trifulca a piedras; y sin la LOTTT, queda abierto el resbaladero hacia la explotación y la discriminación que pareció superarse definitivamente.  

¿Entendió la clase obrera venezolana su papel en la revolución que preconizaba Chávez?  ¿Superó el reivindicacionismo y le entró de frente a la participación?  ¿Están los trabajadores de las empresas de referencia de la clase obrera en la vanguardia del intento de creación del modelo de socialismo que encaminó Chávez? ¿O sólo gozan de mejores salarios y beneficios en empresas productivamente venidas a menos y a cargo de la renta petrolera para sobrevivir?  ¿Surgió de los trabajadores una burocracia sindical pérfida como la paradoja de su existencia?  ¿Y los trabajadores del terciario, crearon la capacidad necesaria para prescindir de la capa gerencial soberbia que se adueñó de las empresas?  ¿Y los de las empresas privadas?...  La respuesta a esas preguntas nos llevarían a aclarar si los avances legales que promovió Chávez fue más el pago de la deuda histórica infamante, sin la lucha necesaria por parte de los trabajadores para merecerlos y para mantenerlos como derechos adquiridos.

¿El adoctrinamiento revolucionario nos convirtió en seres con la claridad de saber que cuando el hambre amenaza la solución es la guerra a muerte contra quien la provoca y no delegar esa actitud necesaria en nadie?  ¿Cómo llegamos a permitir que un proceso que resistió los intentos más feroces de vencerlo, fuese puesto en jaque por el hambre programada y formas crueles de distribución?  Lejos estamos de las características del “período especial” que resistió con integridad la revolución cubana; que si estuviésemos cerca de las carencias que a los cubanos les tocó sufrir, estuviésemos bajo la tiranía del fascismo apoyada en la ocupación militar extranjera.  

En fin, deteniendo las divagaciones de nunca acabar y volviendo a la marcha de hoy, afirmo que no expresó las consignas básicas de la clase obrera en este momento histórico (un cartelito perdido clamó por la defensa de la LOTTT), lo que puede significar que se ignoran, que se trataba más de un compromiso laboral, pasivo o espontáneo, pero compromiso al fin.  No en demasía, como obliga el tiempo que nos toca vivir, pero estuvo nutrida y estaban muchos de los que son.  Nos encontramos viejos camaradas, bastantes amantes de Chávez que llevan el desespero en el corazón, demasiados funcionarios y tal cual burócrata de oficio.  Buena parte de quienes asistimos, ocupamos trincheras endebles en la lucha contra la arremetida del fascismo, porque la línea de trincheras de referencia, las construidas por el pueblo chavistas, están ocupadas por funcionarios que en algún momento se encandilaron con el poder y asumieron la ceguera resultante como forma de conducir el proceso.

Concluyo afirmando que nos queda poco tiempo, a no ser que haya un Plan Y –que  bienvenido sería, y que reclamemos con entereza el derecho de expresar nuestra disconformidad, pero sin cejar y tratando de ocupar o construir espacios inaccesibles para el fascismo que nos declaró la guerra, la guerra en la más amplia acepción de este desgraciado fonema.

 










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ENLACE de este escrito La Colmena:

en http://pedrogrima.blogspot.com/2016/05/