HISTORIA PARA FUNDAMENTAR

 

TERROR PÁNICO A LAS ELECCIONES.

TERCERA Y ÚLTIMA PARTE

(Primera parte: https://frontinoso2.blogspot.com/2024/06/terror-panico-las-elecciones-me-dice-un.html)

Segunda parte: https://frontinoso2.blogspot.com/2024/07/terror-panico-las-elecciones-parte.html )

Como recitó Pavlus Calceolarius, el bardo de Yegüines,

En la campaña vivida

Si impávido permaneces

No tienes nada en las turmas

Ni la lástima mereces(*)

Y es que en esta campaña electoral hay emociones a granel.  Destacan dos generadoras de felicidad y confianza: las enormes movilizaciones populares y las encuestas.  Ambas son índices de medida de la suerte electoral, pero también manipulables al extremo.  

Las concentraciones dependen del lugar escogido, de la capacidad para trasladar personas (recursos y aparato partidista) y de la forma de presentar explicaciones, fotografías y videos.  Nadie se chupa el dedo y sólo los desprevenidos o apasionados en extremo se dejan guiar por algunas de las multitudes expuestas.  

Las encuestas conforman más opinión, son más delicadas, pero nada, nada fiables.  Solo hay que comparar resultados electorales con encuestas previas para determinar su fidelidad, pero a pesar de los frecuentes errores, seguimos pendientes de ellas como previsión exacta.  Esto sería poco grave si las equivocaciones se limitaran a los pronósticos de resultados, pero van más allá, pueden estar dirigidas a provocar reacciones políticas complejas.  Les resumiré una triste historia:

En 1990 los sandinistas que habían llegado al poder mediante una cruenta guerra estaban asediados al extremo por el imperio.  Su gobierno tenía graves dificultades económicas y sufría en parte de su territorio una guerra de desgaste armada y financiada por la CIA, la de los contras.  El apoyo internacional más efectivo, el de la URSS se diluyó con la crisis y desaparición de esta.  Era una situación desesperada pero el gobierno y pueblo sandinista resistía valientemente.

Animado por encuestas previas sobre su popularidad, a comienzos de 1990 decidieron convocar a elecciones adelantadas (Acuerdo de Esquipulas II) que, efectivamente, se realizaron en febrero con 10 candidatos a presidente, de los cuales solo dos tenían objetivamente probabilidades de triunfo.  Todas las encuestas (menos una) daban como ganador al FSLN con más del 50% de los votos, pero el resultado fue su derrota por 14 puntos (54,74% de los votos para
Violeta Chamorro, por 40,82% para Daniel Ortega).

¿Error de las encuestadoras? ¡No! Una trampa tendida por el Departamento de Estado con el fin de darle confianza al gobierno sandinista y convencerlo de convocar a elecciones.  Mediante la empresa internacional de encuestas Gallup (Consultora internacional CID Gallup, la misma que quiso utilizar fraudulentamente Ecarri en mayo pasado) falsearon pronósticos, pagaron a las encuestadoras locales para que expusieran el triunfo sandinista.  ¿Fuente de esta información? confidencia de un alto jerarca del FSLN con quien coincidí en algún momento de mi vida.

Pues déjeme decirles, no creo ni un tántrico en encuestas y su influencia en un proceso electoral.  Los resultados manejados, a veces sin rigor metodológico alguno, favorecen a quien mejor paga o a las intenciones políticas de los dueños de encuestadoras.  No nos animemos mucho por multitudes en acción ni por encuestas favorables.  Confiemos en el trabajo gubernamental bien hecho, en la sensatez del pueblo y en que el efecto de todos los terroríficos mecanismos practicados sobre el país para inducir el voto no influyan decididamente.  Por eso, ante el 28-J siento terror pánico.

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(*) Hogar de Pavlus Calceolariius: https://frontinoso2.blogspot.com/p/blog-page.html