Como dijo el borrachito de Yegüines:
...entonces, ¡se jodimos!
¿Hay necesidad de recurrir a la mentira, la falsedad, el manejo, la falacia, la patraña, para difundir información? ¿Es admisible atentar contra la moral revolucionaria imitando conductas que siempre han sido simbióticas con el enemigo? ¿Existen cerebros pervertidos con la orden de tergiversar acontecimientos del difícil transcurrir histórico actual? ¿Creemos que los receptores de nuestra información son acríticos consumidores de falsedades o que hay ventaja en tratarlos como estúpidos? Si sí, estamos mal, estamos agregando mediocridad al frecuentemente anodino comportamiento revolucionario.
Todo lo dicho, porque en esta contienda electoral está siendo frecuente encontrar información con las características expuestas arriba, que una vez descubierta su falsedad produce indignación, arrechera fundada y dudas sobre la comunicación revolucionaria, y más si te convierten en instrumento de su propagación.
Yo, que me las echo de radar infalible para la desinformación, caí en una y estoy indignado. En mi último escrito (QUOUSQUE TANDEM ABUTERE, MARÍA CORINA, PATIENTIA NOSTRA? https://frontinoso2.blogspot.com/2024/06/quousque-tandem-abutere-maria-corina.html) incluí un video distorsionado, el del apoyo de María Corina al fofo golpe de Estado perpetrado en Bolivia esta semana, tan falseado como la información atribuida a la infame BBC sobre Edmundo González y como otras producto de manipuladores infiltrados en la elaboración de mensajes para la contienda electoral actual.
Si adoptamos todo esto como necesidad coyuntural, ¿cómo quejarnos del agobio de la manipulación de la información por parte del enemigo? ¿Cómo demostrar a la gente los propósitos reales de la avalancha de desinformación volcada para atentar contra sus criterios e intereses? Por eso, en este momento proclamo la necesidad de sacar a los escuálidos infiltrados en la construcción de mensajes electorales revolucionarios.
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