No se desentumece el corazón
¿y quién con el corazón entumecido puede descifrar
más allá de tu presencia, Comandante?
Revuelo los sueños mansos
y termino borboteando en las pesadillas de los Dioses
¡Dioses malhechores! ¡Culpables! ¡Finitos! ¡Humanos!
Centelleas, y aterras el vivir de los errantes.
Resplandeces, y avivas el amor de justicieros.
Y yo en mi menguante, devoto del recuerdo.
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