Cumpleaños de
HISTORIA PARA FUNDAMENTAR
No estoy especialmente orgulloso de este cuarto año de
Historia para Fundamentar, pues permaneció inactivo durante casi seis meses. No obstante, en los seis restantes se batió
con valor en los frentes de la derrota del fascismo y el perfeccionamiento de
la revolución bolivariana, líneas que no abandonaremos jamás.
Razones hay para explicar la inactividad durante seis
meses de la historia del blog. Un
quebranto serio de salud (¡Ah cuerpo cobarde!) me sacó de mis tareas habituales
que, superado, dio paso a una depresión (¡Ah mente sumisa!) que obró quizá con
mayor rigor que la enfermedad física.
Alguna vez escribiré sobre la manera de asumir cada grupo etario los
fracasos de los objetivos que se tienen planteados, cómo en la medida en que
los sueños que comenzaron a cumplirse se enfrentan a la posibilidad de fracasar
estrepitosamente, quienes viven etapas avanzadas de su ciclo vital y no tienen
tiempo para esperar retrasos inmensurables,
suelen derrumbarse por dentro, caer en depresiones profundas, y es mi
caso.
Es deprimente ver la revolución sitiada por los
representantes de un pasado que no se descabezó cuando debió hacerse; ver las
maromas de quienes están en funciones de gobierno y dirección política para
conservar el sombrero del ahogado, pudiéndose evitar el naufragio si se
empoderase al pueblo y se asumiesen los contenidos reales del socialismo; ver
cumplirse los temores más grandes del Líder que metió al pueblo en la historia
y quiso arar en tierra fértil, pero que quizá también resultó haciéndolo en mar agitado.
Es difícil alzar la voz en este maremágnum, repartir
verdades, sembrar esperanzas, porque se corre el riesgo de intervenir en la aceleración
de los procesos negativos y en la aproximación de la derrota final. Además, es difícil hacerlo desmarcándose de
los muchos que se infiltraron en el esfuerzo común para voltear la historia, y
ahora vuelven a sus mediocres orígenes, atacando con sadismo el modelo donde
estuvieron tramposamente embarcados, en nombre de nada ni nadie, sin bagaje
doctrinario ni calidad humana, embadurnando de excremento fétido la memoria del
guía de la Revolución.
La vuelta a esta trinchera de lucha, a esta virtualidad complemento
de otras áreas de militancia, fue obligada por alguno de estos ámbitos que lo
requieren, y aquí estoy con el convencimiento de que necesario es vencer, y que
el silencio de seis meses fue una manifestación de debilidad que no deseo que
se repita. Con esto pasamos la hoja y
enfrentamos el inicio del quinto año de existencia de Historia para Fundamentar
renovando los propósitos emitidos cuando se creo y expresados en diferentes
momentos del blog, y ante la situación de reflujo en que vivimos, quiero darle
mayor fuerza al blog agregándole a su misión de “fundamentar” la de “subvertir”. Desde hoy el blog se llamará Historia para fundamentar… y para subvertir,
propósitos que estarán presentes en su expresión futura.
A pesar de las interrupciones, un promedio de mil personas han acudido cada mes a Historia para fundamentar. Para ellos, mi agradecimiento y la invitación a que lo sigan haciendo. ¡Salud!
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