¡Manos contra la pared!... que llegó la campaña
Las elecciones más dramáticas que ha
enfrentado el chavismo están a la vuelta de 53 días, es decir, ahí mismito. Se supone que en el plano de la comunicación tendríamos
que vivir una intensificación de la campaña que debió comenzar desde el
trascender físico de Chávez o desde el día siguiente de la elección de Maduro,
cuando constatamos que no existía límite racional ni político para el propósito
internacional de demoler el ensayo político que nos legara el Comandante; pero,
vaya paradoja, la certeza de esta amenaza lo que provocó fue que, con el rabo
entre las piernas, nos escondiéramos debajo de la mesa.
No es momento de seguir con la
cantinela de por qué sucedió, de la posición subordinada que tenemos en la opinión política
regional, ni del desperdicio absoluto para superar ese trauma de la intensa –y exitosa– vida política
del país en los últimos tiempos, por responsabilidad de
la ineptitud de funcionarios políticos que ni aprenden, ni prestan la batea, ni
son evaluados y removidos. Me referiré a
aspectos del inevitable inicio de la campaña en Mérida, para ver cómo pintará.
El MAS, o la coalición de “doce
partidos políticos” fuera de la MUD pegó primero, con consignas que tienen que
ver con los problemas que sufren los merideños: apagones, escasez, colas… y con
la necesidad de desmarcarse de la otra oposición: deseo de diálogo y paz, la
diferencia. Hay real merideño metido en
esa campaña, y los votos que puedan rasguñarle a la MUD es una de las tablas a las que
quieren agarrarse muchos ahogados.
Tendrá un poco más de votos que el sempiterno candidato izquierdista
alternativo, más allá del bien y del mal, cuya votación ridícula no será muy
superior en esta oportunidad, a pesar de estar flotando en la marea y entrar en
los cálculos de los aporreados.
Los principales actores políticos
están “guardados”, esperando la llegada de los recursos publicitarios para no
dejar poste ni muro sin afiche. Los
digitados de la MUD, especie de enjambre de zánganos, juramentaron su “comado”
y esperan; lo mismo hizo el GPPSB, que presentaron “L@s Candidat@s de la
Patria”, y también aguardan. Esto es la
fachada de la campaña, porque por dentro y teniendo como principales bases gobernación
y alcaldías, la campaña de ambos sectores es intensa.
Resalta en este inicio de campaña la
presencia del “Acuerdo Nacional para la Transición”, promovido en Mérida por “Liberación
23-ULA”. Es como una declaración de que
existen otras salidas distintas a la electoral, utilizando el circo de los
“presos políticos del régimen”. Fueron
los primeros afiches invasores de esta campaña singular y los que amarillearán primero.
Por último, no se puede desligar de
la campaña recientes grafitos que se refieren a personajes de la política y a
problemas puntuales de la ciudad. Unos,
ingeniosos; otros, no muy bien definidos.
Adolecen de las limitaciones de haber sido realizados por una única mano
y el haber sido “firmados”, en lugar de haberse dejado a la imaginación la
autoría.