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sábado, 28 de enero de 2017


Y después del postre, un Chávez descafeinado

(A propósito de #AquíNoSeHablaMalDeChávez)





































#AquiNoSeHablaMalDeChavez pero tampoco bien, porque lo desaparecimos.  Como se los cuento y es fácil corroborarlo, por “orden de arriba” oficinas públicas, como las de CANTV en todo el país, borraron cualquier identificación con Chávez o el gobierno bolivariano; regresaron a la misma decoración boba de los noventa y al uso de pantallas modernas para la información a los “usuarios”.  Venezuela es de todos, y como a los opositores les enerva la memoria de Chávez, nosotros, respetuosos, evitamos confrontarlos.  ¡Miéeeeeeeercoles, paisano!

En este mismo blog he escrito sobre las reacciones viscerales que le provocan a los opositores la imagen de Chávez, la bilis que les hace destilar, el odio que supuran por todos los poros y las reacciones que este estado morboso les hace cometer, agrediendo violentamente la iconografía de Chávez.  (Como ejemplo, estos tres artículos: http://com/2015/12/.html  -  http://com/2015/07/.html  -  http://com/2014/05/.html)  En el caso merideño, la ciudad venezolana con más fascistas por metro cuadrado (otros dicen que es el Este de Caracas, o los Altos mirandinos), la agresión contra la iconografía chavistas sobrepasó cualquier límite; no queda ningún mural o representación del líder que no haya sido agredida.  Por parte de los chavistas, la previsión nunca existió y se exponía la otra mejilla, pero pacientemente se reparaban los daños de los murales de referencia, hasta que se produjo una rendición con armas y bagajes.  El atacado con más frecuencia, el del final de la avenida Tulio Febres Cordero, siempre fue reparado; un día le pregunté a una chica que lo repintaba con devoción, que hasta cuándo lo haría, y me contestó, que cada vez que fuese agredido.  Pero un día Chávez fue defenestrado y su espacio dedicado a un mural muy importante sobre las víctimas de las guarimbas, que nadie se mete con él, lo que da cuenta de su inocuidad.

Los párrafos anteriores para representar el estorbo en que se está convirtiendo Chávez para propios y extraños, expresión muy favorecida en los discursos de pueblo.  A los extraños opositores Chávez les tocó el núcleo, los genes de sumisos a la ideología, les trastocó los valores que mamaron de las madres ideológicas, les frustro el sueño de parecerse alguna vez a lo que les impusieron como modelos de identificación, de aumentar las migajas de participación en los bienes materiales que gozan quienes sí son beneficiarios del sistema; y mientras más cerca –es un decir, porque la distancia es abismal– de los poderosos, como se cree la mentada “clase media”, más viscerales y fascistas las reacciones.  La afección es tan profunda, que llegan a somatizarla en enfermedades peligrosas y graves; es decir, llegan a reventar de rabia.

Pero la memoria de Chávez también está estorbando entre propios, sobre todo por la mala conciencia que produce el abandono de su legado; el alejamiento del Plan de la Patria y los principios éticos que predicara con persistencia y desesperación, por ejemplo.  

En esta era de símbolos, la iconografía ayuda a mantener la memoria, cuyo más importante sustento es, desde luego, el estudio del pensamiento y la obra… y seguir su ejemplo.  Por eso valoro las campañas de #AquíNoSeHablaMalDeChavez #PorAquíPasóChávez #EstaEsObraDeChávez #ChávezVive y la prédica permanente de su pensamiento y obra, así revienten los opositores y a los chavistas que lo están traicionando.  Vi por TV a Diosdado en Mucumbarí demostrando su ferviente admiración por Chávez y resaltando la necesidad de que #AquíNoSeHablaMalDeChavez, que tuvo una respuesta emotiva entre los asistentes; pero vi también a personajes que tienen tiempo de no hablar mal ni bien –sino todo lo contrario– pareciendo hacer eco del mensaje de Diosdado.

Por su relación colateral, no puedo dejar de contar que hace poco me tocó coincidir en una actividad académica con un revolucionario que afirmó que la reiteración del himno nacional en los medios de información y en otras actividades oficiales incomodaba a la “mitad de los venezolanos”, por lo que debía eliminarse… nadie percibió la trascendencia de la opinión, antes bien, muchos se mostraron de acuerdo.

Y de paso,

¡En Historia para fundamentar… y para subvertir, #NoSeHablaMalDeChávez!



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