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viernes, 13 de noviembre de 2015











ARRANCÓ NUESTRA CAMPAÑA... PERO SIN LO MERO PRINCIPAL



Hoy la ciudad amaneció con las manifestaciones tradicionales de promoción de candidatos para unas elecciones: afiches, pendones y pintas que, junto a los puntos rojos que ya tienen días abiertos, la inminente utilización total del tiempo reglamentario en emisoras de radio y televisoras, las caravanas, marchas y concentraciones, nos sumergirán en una intensa campaña electoral, acorde con la magnitud de lo que se está dirimiendo.
Estoy consciente de que todos los mecanismos arriba enunciados constituyen el nivel más superficial de la campaña, cuyo núcleo real se asienta sobre la internalización de la posibilidad del futuro socialista marcado por Chávez, y el efecto sobre las clases populares de la obra de gobierno que tiende a pagar la trágica deuda social acumulada para hacer realidad el objetivo de vivir viviendo.  Es así, pero también es una incongruencia manifiesta que los grandes objetivos no estén plasmados en los reclamos publicitarios; es decir, que la propaganda electoral se presente vaciada completamente de mensaje revolucionario, de consignas políticas válidas, afirmación sustentada en las fotos que acompañan este escrito.
Ya pasamos por una experiencia de este tipo.  En las últimas elecciones municipales, catastróficas sin lugar a duda, las consignas utilizadas parecían más el producto de una agencia capitalista de publicidad comercial, que mensajes del pensamiento crítico de un partido revolucionario; fue el colmo, pero en la coherencia entre consignas y objetivos políticos nos sacó un trecho largo la derecha fascista.  Esta experiencia fue inútil, porque no se permitió la reflexión crítica sobre el fracaso y, menos, se establecieron responsabilidades… y la comunicación, propaganda y agitación continúa en las mismas ineptas manos.
Ojalá y la propaganda descafeinada que nos presentan sólo sea la del inicio de la campaña, y pronto reluzca el mensaje revolucionario, el que forma, el que nos diferencia de la derecha.  Y aprovecho para plantear otro deseo, el de que nunca más nos agarre una campaña electoral sin un periódico realmente popular, para darle un calificativo que no hiera susceptibilidades.

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