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lunes, 15 de julio de 2013

Rumbo a otro "record Guiness: 186,5 semanas en espera por un teléfono fijo de CANTV


Agua para mi molino, vaina que no me gusta y sólo lo he hecho en última instancia.
Hasta ahora mi queja se había mantenido en Tuiter (unos 150-200 tuitazos en varias fechas; ayer, 27 disparos) y en los correos-e institucionales que nadie abre.  Cansado, decidí traer este problema a aporrea, portal al que son muy sensibles las orejas de las instituciones morosas.  Cansado, dije, porque ¿quién no se cansa esperando algo durante 186,5 semanas? ¡Ni tan buena que estuviera!

Por ahí tengo el “dossier” de tuitazos y los milagros que me ha tocado hacer en mensajes de 140 caracteres: hablarles de la CANTV antes de ser regalada, de los culpables del estropicio, de los hitos más importantes acaecidos durante la esquilada, de la burla a los accionistas trabajadores y a los jubilados de la empresa, de las expectativas de su renacionalización, de los logros y aplazamientos, de su propaganda parcial y engañosa; además de invitarlos a recurrir al IVIC o a la NASA (que no a la NSA) para solucionar el problema “técnico” que me tiene jojoto… Es decir, historia en ráfagas de 140 proyectiles.  Y desde luego, mostrar mi perplejidad por tenerme esperando 186,5 semanas (CIENTO OCHENTA Y SEIS semanas y media) por un teléfono fijo: lo solicité el 16/12/2009, solicitud que he renovado en los plazos exigidos.

Estoy cansado, arrecho, defraudado con, aclaro perfectamente, las gerencias de CANTV responsables, sin extenderlo más allá, como no lo hago ni en este reclamo público.  Soluciones se me han atravesado: bajarme de la mula, como lo hizo un vecino con menos preocupaciones sobre la corrupción (entre ejecutivo de CANTV y vecino, le arrebataron el teléfono a otro que debía como dos meses de renta); comprar a un alto precio su teléfono a un vecino necesitado de unos riales, que también es como despojarlo; recurrir a palancas de amistades históricas muy bien colocadas… ¡coño! ¡no!  Soy un ciudadano, con iguales derechos y deberes; existe una empresa
nacional dedicada a proveer lo que vengo solicitando y estoy en el derecho de exigirle.

Claro que se por qué “actualmente no es posible atender tu solicitud por motivos técnicos, disculpe las molestias causadas” como la compu-CANTV me tuiteó la primera vez, suavizada después de mi burla por ese mensaje, con: “Buen día, tu caso ha requerido mayor tiempo de solución, se escala (SIC) nuevamente a la unidad encargada.  Te ofrecemos disculpas”.  Claro que lo sé, si he tenido la oportunidad de hablar con trabajadores de CANTV de todas los escalafones y oído pacientemente sus versiones (coherentes, por lo demás) de la incapacidad de la empresa para resolver mi problema y que se resume en falta de inversión en el estado Mérida, donde hay instalaciones y servicios en el límite del caos.  ¡Paciencia del historiador!

 De más está decir que no vivo en El Viento, uno de los pueblos más alejados de Mérida.  Vivo en la perimetral urbana, en la parroquia Lasso de la Vega del municipio Libertador, a unos 3,5 kilómetros de una flamante y abandonada central de CANTV, con una demanda insatisfecha de cientos de teléfonos.



¿Qué recomendaría la NASA o la empresa china fabricante de satélites? ¡Matar como cuarenta pájaros de un tiro! Que para eso está el Simón Bolívar: mientras se arreglan los detalles técnicos para una solución normal (que es lo que lleva ya 186,5 semanas y pueden pasar otras tantas) una antenita y tendríamos en la loma internet las familias campesinas originarias que no pueden pagar el de la competencia de CANTV, y los intrusos que hemos llegado a establecernos en sus vecindades y no lo tenemos porque ABA esta pegadito a los teléfonos fijos que casi nadie tiene.

Bueno, CANTV, se las seguiré recordando cada día por Tuiter, hasta que se le paren a eso de “eficiencia o nada”.  Espero que antes de que crujan huesos en tumbas como decimos en Yegüines cuando uno se la recordaba muy de seguido, corrijan eso que lleva CIENTO OCHENTA Y SEIS SEMANAS Y MEDIA sin solución.




Enlace de este artículo en aporrea.org





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