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martes, 30 de abril de 2013




De la esfera de la autocrítica y la crítica al Gobierno,
a la del análisis de las tácticas del enemigo


Quedamos (con los escasos lectores que tuvo mi anterior artículo (http://www.aporrea.org/actualidad/a164713.html), porque, quizá, el título no vendió) en que desde mi posición de intelectual, autocritico o critico partiendo en plan de igualdad con quienes diseñan políticas que yo responsabilizo de haber afectado el caudal de votos, para inmediatamente demostrar que yo me las sé todas toditas, soy mejor político, superior dirigente y estratega, muy por encima de los dirigentes del partido, los ministros y, desde luego, de Maduro. ¡Soy lo máximo!  Si pudiera decidir, si fuese asesor, si en mis manos estuviera… no hubiese pasado eso y si mi abuelita tuviese ruedas fuese bicicleta.  Bueno, en eso no quedamos, la mejor parte la estoy aportando ahora.


Pero sobre todo quedamos en que la pasada fue la mejor campaña concebida por la oposición, considerándola “mejor” sólo por haber logrado el objetivo de sacar más votos y casi desbancar al Gobierno Revolucionario, y por asentar sobre estos resultados una estrategia golpista que no les está resultando como estaba diseñada por el Imperio, pues el horripilante arácnido perdió varias de su octeto de patas antes de comenzar a caminar.

Paralelo al desarrollo de las patadas de ahogado (léase mantener vivo un golpe ya interno en una UCI) de Coproles y sus adláteres, la campaña electoral sigue como si las elecciones no hubiesen sucedido, y sus efectos golpeando sectores sensibles de la sociedad.  Paradoja de por medio, mientras un sector de los “tierrudos” que votaron por Coproles entona un mea culpa con sonoros golpes de pecho por haber apoyado a ese loco de amarrar, irresponsable, violento y pendenciero, que como no ganó quiere arrebatar, otros mantendrían su voto y los hay que lo cambiarían a su favor.

Es esta campaña que continua viva la que hay que desarmar para detener definitivamente sus erosivos efectos.  De los elementos que consideraremos hay unos de nuevo diseño, aislados de las debilidades del Gobierno Bolivariano, o no dependientes directamente de los errores de conducción, fenómenos estos privilegiados por la mayoría del análisis desde la izquierda.  Y miren que esos elementos pesaron.  Otros componentes de la exitosa campaña opositora fueron los trazados a partir de situaciones que la misma oposición provocó, recayendo en el gobierno la responsabilidad de no haber podido evitarlos o revertirlos antes de que el efecto esperado por los opositores fuese exitoso, como sucedió.  Hay elementos directamente atribuibles a medidas económicas gubernamentales, cuyos efectos negativos, por las circunstancias sobrevenidas, no tuvieron tiempo de dispersarse y revertirse, es decir, no alcanzaron a provocar los efectos beneficiosos que los ejecutores esperaban en un plazo mayor que nunca se tuvo.  Y por último, los efectos de los errores y omisiones que se vienen arrastrando y parecieran característicos al Gobierno revolucionario.  Hay más elementos, pero los colocamos en el bojote de si me queda tiempo y espacio.

En el esquema que Jesús Silva planteó en su último artículo (http://www.aporrea.org/actualidad/a164776.html) me referiré al grupo de electores de los sectores populares que traicionándose como clase, cedieron su voto a Coproles.  Y ahora, a pesar del esquema planteado pero conservando el objetivo de desarmar la campaña electoral opositora, comenzaré con un planteamiento resumen, pero prioritario en la anti campaña que se debe emprender.

Partamos, sin aún relacionarlo con la estrategia enemiga, que los votantes de sectores populares antes “chavistas”, trasvasados a Coproles, sufrieron un atroz engaño, es decir, “fueron engañados”, y a nadie le gusta quedar como tal.  Y es este el momento, de locura desatada al son de la pataleta del orate mayor, de emprender una campaña incisiva y profunda sobre el “engaño” de que fueron objeto.  Pintas, volantes, recursos técnicos aportados por el Sibci a los comunicadores de calle, radios y periódicos comunitarias, todos a una los revolucionarios probados en operación boca-oreja-cerebro, en fin, “empapar” los ambientes populares donde se perdieron votos, con consignas cortas: te engañaron, los burgueses te pusieron a votar por ellos, los comerciantes que te explotan te robaron también tu voto, si esperabas una vivienda ya habría sido reasignada a un escuálido probado, votaste por quienes quisieron destruir tu CDI, perdiste miserablemente tu voto, te hicieron votar por quienes provocaron las colas donde te ladillabas, te hicieron votar por quien “desapareció” la harina, los pollos, los huevos, el papel higiénico, la crema dental…  El Gobierno Bolivariano hizo un gran esfuerzo por protegerte, pero no daba abasto por la escasez provocada por los opositores; te hicieron votar contra tu conciencia, te hicieron votar contra tus intereses de pueblo, de ganar la oposición lo hubieses perdido todo.  Y así, ajustando los mensajes a las características e idiosincrasia de cada comunidad.

Por hoy es todo.  Parece, pero no me he perdido en la secuencia del artículo que, luego de ahondar en el aspecto tratado, seguiré con fidelidad.  Antes, los invito a leer en Historia para Fundamentar (http://www.frontinoso2.blogspot.com)el escrito “La vida de Maduro es la vida de la Patria… ¡ni un huequito en la seguridad!”, no enviado a este foro por eso del intenso tráfico a que está sometido, y mi aporte al descongestionamiento es seleccionar mejor lo que envío.  Me voy porque vine, como decimos en Yegüines.



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