Ábaco en mano
reposado
como para hacer inventario
como para compartir desvaríos marinos, los propios devaneos
y las dunas noventosas
tan angustiosamente áridas y acogotantes
sorteadas por el Huidobro salvavidas
que lanzara contra mi pecho el Chino lustros antes
y sobredosis de Proudhon, Bakunin y Koprotkin
pero también de Fucik
hasta tu irrupción trepitante, Comandante
Y después,
con esas ganas de aclarar que Whitman te hubiese despreciado
por tu piel de mulato
y que no valía la pena respetar su tez jipata
ni su canto para las antípodas de nuestro Sur
Que el Caballo de Troya más ventrudo de este País sitiado
era Uslar, supremo encantador de los Amos del Valle
a quien no había que considerar ni para bien ni para mal
Y ahora que no hay que traspasar barreras para hablarte
porque el silencio es el idioma de estos infinitos
ahoraábaco en mano
reposado
hago inventario
de mis pensamientos
de mis pensamientos
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(SEIS)
(SEIS)
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